Hoy ha sido un día grande para el atletismo cubano en Guadalajara y me siento bien, porque los grandes, los estelares, demostraron de qué están hecho y se llevaron los mayores lauros.
Dayron Robles, ese bólido cubano dueños de los 110 metros con vallas, demostró una vez más su clase al imponerse en la final panamericana con crono de 13.12, para lograr junto con el oro otro recórd más.
Dayron, quien tuvo que cargar con el estigma de la descalificación en el Mundial de Daegú, había manifestado antes de la competencia que buscaría romper el record, que pertenecía al cubano Anier García en Winnipeg 1999.
“Voy a intentar regalarle un buen tiempo al público mexicano, que ha sido muy amable y gentil conmigo y con toda la delegación cubana”, señaló el guantanamero, quien es el actual monarca de los Juegos y una de las figuras mediáticas más seguidas desde que empezara esta justa el 4 de octubre.
Cuba no pierde este evento de las vallas cortas desde 1999 y solo en ese propio año pudieron hacer el uno-dos en el podio con Anier García y Yoel Hernández.
Esta vez también el podio tendrá dos cubanos pues el otro competidor de la Isla, Orlando Ortega, tuvo que hacer un gran esfuerzo en la final y colgarse el bronce con 13.30, pero con sus 24 años le queda todavía mucha pista por delante.
Pero él no fue el único, pues la discóbola cubana Yarelis Barrios también implantó hoy récord en la final del lanzamiento del disco con 66 metros y 40 centímetros.
Barrios consiguió con el primer envío los 66,40 metros, para destrozar la anterior cota en poder de la cubana Maritza Martén, quien logró 65,58 en la versión celebrada en la ciudad estadounidense de Indianápolis-1987.
La fornida cubana de 28 años ratificó así su jerarquía continental, pues en la lid disputada en Río de Janeiro-2007 conquistó el oro con disparo de 61,72 metros.
Su mejor resultado histórico en la especialidad era de 66,13 metros, logrado en Leiria, Portugal, el 26 de julio de 2008.
Ya los cubanos creo que estamos cansado de saborear la plaza en eventos internacionales de béisbol. Para un país que durante más de 2 décadas fue el mejor exponente del béisbol amateur y que lograba infundirle miedo a los elencos profesionales, ahora somos uno más de bulto que pierde y gana con cualquier equipo de segunda división. Durante la etapa clasificatoria de la Copa del Mundo de béisbol disputada en Panamá todos los cubanos estaban alegres por el desempeño de los cubanos, y las cienfuegueros más al ver el desempeño de Pito Abreu y el Grillo Arruebarruena. De nada valió la trayectoria excelente frente a los otros equipos, cuando en el juego decisivo no hicimos nada. A pesar de que los cubanos declararon que apostarían por un juego inteligente y no de grandes batazos apenas salimos a robar una base, ni tocaron la bola, y mucho menos apelamos al maravilloso recurso del corrido y bateo. En fin, aunque teníamos un equipo de estrellas para un campeonato con elencos de segunda no hicimos nada, porque para los cubanos no existe la plata y solo estamos felices con el oro. Y no le vayan a echar la culpa a la lluvia que atrasó el juego 4 horas, porque esa molestó a los dos equipos. Sencillamente no batearon cuando tenían que hacerlo. Desde el inicio del torneo, el "trabuco" cubano lució imponente en todos sus juegos, exhibiendo una demoledora artillería y un sólido pitcheo para lograr diez victorias. Su única mancha había sido una derrota en la segunda vuelta, precisamente ante el nueve holandés con marcador 4x1. Cuba fue el máximo exponente de poder, liderando las estadísticas en promedio de bateo (.328), anotadas (79), imparables (129), triples (6) e impulsadas (72), pero estos números no sirven de nada si pierde en el juego final. Con estos resultados Cuba consiguió su cuarta medalla de plata en 38 ediciones de la copa mundial. Ahora hace falta ver los análisis que hace los “especialistas” en el deporte aquí en la Isla y ver a quien le echan la culpa, si a la lluvia, al público, a las reglas de 7 inning o a la crisis mundial.
El Campeonato Mundial de Atletismo de Taegu está lleno de sorpresas, sobre todo por la eliminación de algunos “fuera de serie” a los que todo el mundo esperaba. El primero fue Usain Bolt, ese fenómeno de Jamaica que corre los 100 metros planos como jugara a los escondidos en la pista y tuviera la ventaja de ser invisible.
Todo el mundo todavía recuerda sus famosas carreras de 100, 200 y 4x400 en las Olimpiadas de Beijín, cuando obtuvo las 3 medallas de oro, con tres records incluidos. Pero ahora en Sudcorea parece que le falló la mecánica de carrera y salió adelantado, lo que significa ahora una inmediata descalificación. Anteriormente en cada hit solo era descalificado el corredor que hacía la segunda salida en falso, pero desde hace un tiempo los “platos rotos” los paga el primero.
Todo estaba dispuesto para la victoria de Bolt, que defendía en Daegu los títulos mundiales de 100, 200 y 4x100 que logró en Berlín 2009, sólo un año después de colgarse el oro en las mismas pruebas de los Juegos Olímpicos de Pekín. En Alemania batió el récord mundial en 100 (9,58) y 200 (19,19 segundos).
A raíz de su descalificación el oro se lo llevó su compatriota Yohan Blake con un tiempo de 9,92 segundos.
Ahora llegó el otro astro descalificado: el cubano Dayron Robles. Robles, recordista mundial y campeón olímpico, hubiera sido el ganador de la primera medalla de oro para Cuba en el Mundial, pero la suerte (o más bien la maestría de los genios) no dura siempre. Dayron Robles se proclamó este lunes campeón del mundo en los 110 metros con vallas con un tiempo de 13.14 segundos, pero una hora después fue despojado de su título luego de una reclamación por parte de la delegación china. El cubano fue descalificado de acuerdo con la regla 163.2 por obstruir al chino Liu Xiang en la final mundialista. Luego de esto la medalla de oro fue para el estadounidense Jason Richardson (13.16), la de plata para Xiang (13.27) y la de bronce para el británico Andrew Turner (13.44).
La delegación china presentó una reclamación señalando que la mano derecha del cubano había tocado dos veces el brazo izquierdo de Liu, a quien esta acción le habría desequilibrado. El asiático acabó la carrera en tercer lugar.
Aquí en Cuba hay muchos aficionados inconformes con la decisión, pero en realidad la ley es clara y cuando es pareja para todos no es ventaja para nadie. Ahora Robles debe esperar dos años más para lograr ese título qua le falta, pero el bólido de Jamaica no, pues ya tiene todos los títulos que pudiera querer. Estos sucesos sirven para probar que la suerte no dura mucho, aunque seas un inatrapable como estos dos genios de la velocidad.
Hace unos días escribía sobre el desempeño de Cuba en los últimos topes internacionales de béisbol, sobre todo a raíz de la derrota de los cubanos ante Curazao. Ese día manifestaba que desde hace unos años el equipo Cuba no era el mismo de las décadas del 70, 80 y 90, cuando era temido y respetado por los adversarios.
Hoy, como se dice en la calle, nos han perdido el respeto (o el miedo) en el terreno y hasta los universitarios le ganan al equipo grande de la Isla. Las causas son muchas: peloteros que rompen todos los records en la Serie Nacional y luego fuera de fronteras no hacen nada decoroso, decisiones del cuerpo técnico que no se corresponden con la lógica y hasta malas jugadas, como ocurren en todos lados.
Y a nadie se le ocurre decir que es un mal equipo e que fue a Rotterdam: la selección del DT Róger Machado fue armada con excelentes jugadores, de altos rendimientos en la última Serie Nacional —Rusney Castillo, Yasiel Puig, William Saavedra…— y otros —Donal Duarte, Yoelvis Fiss, Yoilan Cerce, Yenier Bello— establecidos en los campeonatos domésticos. Y de lanzadores no se puede hablar tampoco, porque llevaron lo mejor de la Isla: Yadier Pedroso, Dalier Hinojosa, Misael Siverio, Yosvani Torres, Duniel Ibarra y Yadir Rabí.
De todas formas ya no se puede llorar sobre la leche derramada, solo hace falta sacar buenas enseñanzas de las derrotas. Aunque hayamos perdido con la selección de Taipei de China, que dejó al campo a Cuba en el onceno episodio, cinco carreras por cuatro, para titularse en el Torneo Interpuertos de Rooterdam, Holanda, esta actuación no es para estar felices. Más que felicidad este segundo puesto nos debe traer preocupaciones: el equipo Cuba perdiendo contra equipos menores? Es la plata lo que queremos? Creo que no.
Por ejemplo: cómo llegamos a perder 4x6 contra Curazao, que solo cuenta con unos pocos atletas de la liga holandesa y el restos son desconocidos? ¿Por qué llegamos al extremo de jugar 10 entradas para ganarle 4x3 a Alemania, una país donde se juega tanta pelota como aquí criquet? Y de las derrotas contra Taipei de China no se puede hablar, porque ese si es un equipo grande, de los difíciles de ganar.
Hay cuestiones se deben limar en el terreno, pero que deben entrar bien profundo en la mente de los peloteros cubanos: no se puede regalar el primer strike al lanzador; la ventaja, aunque sea de una sola carrera hay que defenderla cueste lo que cueste y sobre todo pensar en la pelota como en un encuentro de gladiadores, donde solo uno sobrevive (el que se lleva la medalla de oro) y el resto son simples perdedores que llegaron más lejos.
Por supuesto que digo todo esto desde el banco de aficionado y no como especialista. Pero como cubano al fin me duele ver toda la algarabía mediática que se forma alrededor del equipo Cuba, que se pone en un pedestal bien alto antes de salir de gira, y que luego regresa con la Medalla de la Dignidad, pero nosotros no queremos esa, queremos la de ORO!!!
El refranero popular cubano dice que “la pelota es redonda y viene en caja cuadrada” y se usa para justificar cualquier resultado inesperado en el deporte de las bolas y los strikes. Pero para los cubanos cualquier cosa que no sea la victoria y el primer lugar de un torneo es “inesperado” y mala noticia. Por eso que ningún cubano se siente bien con las recientes derrotas en el Torneo Internacional Interpuertos de Rotterdam, Holanda, donde el elenco cubano ha llegado al extremo de perder con Curazao, un territorio que compite como nación oficial en eventos de este tipo hace menos de un año.
Cuba perdió hoy 1-4 ante Taipei de China y quedó relegado al tercer puesto del torneo, cuando restan dos partidos para el final de la etapa regular. Pero esta no es la primera derrota: el equipo cubano archivó así su tercera derrota en el certamen, segunda contra el conjunto asiático, que marcha en la cima del campeonato, con seis triunfos y un solo revés.
El equipo Cuba jugará mañana ante el equipo anfitrión en un desafío de vida o muerte , ya que Holanda ocupa el segundo lugar de la justa con cuatro victorias y dos derrotas, un juego por delante de los antillanos.
Sin duda, el ganador de ese encuentro accederá -junto a Taipei de China-, a la gran final del Torneo Interpuertos de Rotterdam, programada para el próximo domingo 3 de julio, en el Neptunus Familiestadion.
Cuba, que derrotó 4-1 a Holanda durante la primera ronda del torneo, está obligada a ganar para no verse obligada a recoger las maletas de un certamen en el que defienden la corona, lograda en la edición de 2009.
Lo llamativo del tema es que los peloteros cubanos son reconocidos en el mundo por ser unos de los mejores en el béisbol amateur y con muchos representantes en el béisbol profesional, pero desde unos pocos años cada vez que sale a un tope internacional un equipo cubano vemos continuas derrotas contra elencos que no tienen ni la historia ni la consistencia de los equipos cubanos.
Pudiera ser falta de topes internacional, el estrés, el cambio de clima o cualquier otra justificación banal, pero lo cierto es que los cubanos no están acostumbrados a perder en nada y mucho menos en la pelota. Después que se acabe este tope seguro aparecerán los defensores de los equipos cubanos con decenas de posibles defensas, pero lo real es que cada vez más a menudo estamos perdiendo en topes internacionales con equipos más débiles.
Bueno, si perdemos contra Japón, Estados Unidos (eternos contrincantes de Cuba en las finales) o contra algún equipo grande de Latinoamérica o algún otro asiático como Korea o Taipei de China, entonces los cubanos por lo menos podrán decir que perdieron contra uno grande. Pero que cualquier equipito nacional o universitario le gane a los cubanos, eso es inaceptable en todos los sentidos.
De todas formas todavía hay que esperar a la final de este torneo a ver cómo termina. Y después vendrán los Juegos del Alba, donde Venezuela de seguro llevará un buen equipo y los Juegos Panamericanos de Guadalajara, donde también habrá por lo menos 4 equipos fuertes.
Por ahora termino mi pequeña reflexión, pero espero que la pelota se mantenga de forma redonda y que comience a venir en una caja agradable para los cubanos.
No soy una persona tan fanática al fútbol como otros, pero indiscutiblemente la final de la Copa del Rey era un espectáculo como una final mundial u olímpica. Seguí el juego por la web y luego leí con avidez las crónicas sobre el juego, antes de ver la retransmisión en la noche de ese mismo día y solo el jueves me enteré de los sucesos trágicos de la susodicha copa, que quedó destruida bajo el ómnibus del equipo ganador.
En todo el mundo este fue uno de los sucesos más visto a nivel mundial. En España la emisión de la final de la Copa del Rey entre el Barça y el Real Madrid se convirtió en el choque entre ambos equipos más visto de la historia y en la final de la Copa del Rey con más audiencia. El encuentro se emitió en La 1 y TV3 y sumando las audiencias de las dos cadenas el partido tuvo 12.849.000 espectadores (67,7% de cuota de pantalla). En la prórroga la audiencia subió hasta 14.172.000 y un 73% de cuota entre La 1 y TV3. Casi 11,5 millones de espectadores (60,4%) lo vieron en TVE, que registró el minuto de oro al final del partido, con 13.437.000 (70,4%).
Este partido tuvo 1.726.000 espectadores más que el último clásico que jugaron el Real Madrid y el Barcelona, el sábado pasado en la Liga, que registró 11.123.000 y un 62% en la suma de las cinco cadenas en las que se emitió. En La Sexta tuvo una audiencia de 8,8 millones de espectadores y un 49,1% de cuota de pantalla, lo que le convirtió en la emisión más vista de la historia de la cadena de Mediapro. Además, era hasta ayer el segundo partido más visto (ahora el tercero) de los disputados entre ambos equipos, solo superado por un encuentro de Copa en 1997 que emitió en Antena 3 y congregó a 11,7 millones de espectadores, el 61,3%. Ahora pasa a ocupar el segundo lugar del ránking.
Estos datos por supuesto no dicen nada de los espectadores en el resto del mundo, pero de seguro fue seguida por muchos millones, pues estos clásicos españoles son de los mejor del fútbol mundial.
Pero lo que más me llamó la atención de este partido es el final trágico que sufrió al Copa, luego de tan peleado partido: terminó debajo del mismo autobús del equipo ganador.
El suceso tragicómico sucedió en Madrid en medio de las celebraciones merengues por la obtención de la Copa del Rey tras el emocionante triunfo por 1-0 sobre el Barcelona en Valencia.
Resulta que cuando el bus con los jugadores llegó a la Plaza Cibeles de la capital española, donde miles de hinchas aguardaban la llegada de ellos para celebrar, Sergio Ramos, defensor madrilista, se mandó el numerito del año.
El zaguero sacó el trofeo recién ganado a sus archirrivales con tanta mala suerte que lo dejó caer de sus manos. Ya en el suelo, la copa fue aplastada por el mismo bus, haciéndose pedazos, según informó Marca.
Aún no se sabe si fue la gran emoción o la lluvia lo que hizo que Ramos dejara caer el trofeo de 15 kilos, lo claro es que tanto el triunfo como la Copa del Rey pasaron a la historia.
Otros medios de prensa publicaron que poco después Sergio Ramos tomó con mucho humor lo ocurrido y en su cuenta de twitter, el popular jugador madrilista publicó el siguiente mensaje: “Buenos días a todos amig@s...!!! Lo de la copa fue un malentendido, no se cayó...saltó ella cuando llego a Cibeles y vio tantos madridistas...”.
El conjunto albo consiguió la Copa del Rey luego de 18 años y la celebración de los hinchas fue doble, pues derrotaron al Barcelona, considerado en estos momentos como el mejor equipo del mundo.
Según diversos portales deportivos, la Copa del Rey tardó tres meses en fabricarse, obra del joyero Federico Alegre. El trofeo tiene un costo de más de 10 mil euros. Con la destrucción, la copa podría quedar como una obra de arte abstracta. Mientras, en las vitrinas del Real Madrid, descansa una réplica, preparada especialmente para hurtos o accidentes, tal como le pasó a Sergio Ramos.
Cuando la copa cayó al suelo y el autobús que llevaba a los futbolistas le pasó por encima para convertirlo en un amasijo de plata, hubo una persona que sufrió más que nadie: el joyero madrileño que se encargó de fabricar el galardón.
Luego del incidente el joyero dijo que fue al despacho de Agustín Herrerín, delegado del equipo, y que allí realizaron un balance de los desperfectos y decidieron los pasos a seguir. "Ahora trataré de recuperar la copa dañada, aunque tiene el pedestal destrozado. Y esas abolladuras...", aseguró Alegre.
Pero mientras se realizan los trabajos de reparación, los fanáticos de la Casa Blanca española pueden estar tranquilos: "La Federación Española siempre tiene todo bien atado. Siempre hay un ’plan B’. Hay una réplica que viaja conmigo a las finales medio escondida, y ya se la entregué a la gente del Real Madrid al encontrarnos en el estadio", añadió el joyero, cuya familia elabora el trofeo todos los años desde 1940.
A pesar de la insólita caída y los daños que sufrió el galardón original, los jugadores del Real Madrid ya tienen entre sus manos la segunda versión de la Copa del Rey. La de anoche fue la primera vez en que tuvo que activarse el denominado "plan B".
Como dije antes, no soy fanático, pero lamento mucho el suceso ocurrido al Real Madrid, que es uno de los equipos profesionales con más seguidores en el mundo, que siempre ha tenido una gran controversia con el Barcelona. Aquí les dejo el video.
