Es Viernes Negro y aquí no nos enteramos
Es cierto que nuestro modelo económico y comercial no promueve el consumismo característico de la sociedad occidental. Es cierto también que las compras de Navidad muchas veces son objetos innecesarios que solo satisfacen los bolsillos de los vendedores y pocas necesidades de los compradores. También es cierto que muchos de esos productos eran ventas de lento movimiento, o que nunca se podían vender por sus altos precios. Pero lo real es que el cuarto viernes de noviembre, es decir hoy, en todos los centros comerciales del mundo se hacen rebajas de precios significativas durante el Viernes Negro (Black Friday) por el comienzo de las compras de Navidades, pero todas las tiendas cubanas siguen con los mismos productos y los mismos precios que ayer.
Una aclaración: no estoy reclamando que se instaure aquí la misma locura de otros países en estos días, sino que se haga una real y efectiva valoración de los productos que pasan en la vidrieras de las tiendas meses y meses y nadie los compra, no se si por una mala gestión comercial, por su mala calidad o por sus altos precios.
Ayer visitaba una tienda especializada en calzado, en un estante había un cartel que decía “Rebajas de Precios”, pero más bien debiera decir “Productos Defectuosos”, pues todo el calzado que allí se encontraba tenía roturas y claros signos de estar usados. Eso es ser buenos vendedores?
Ahora una pequeña explicación: Viernes Negro (Black Friday en inglés) es el nombre que recibe el día en el que inicia la temporada de compras navideñas en Estados Unidos, y es el día siguiente al día de acción de gracias (thanksgiving en inglés). Para ser exactos, Viernes Negro es el cuarto viernes del mes de noviembre.
Tradicionalmente las tiendas abren en la madrugada, entre las cero horas (a partir del 2011) y las cuatro o seis de la mañana del Viernes Negro, siendo que las mejores ofertas ocurren en cuanto la tienda abre, usualmente con descuentos significativos - más del 70% de descuento en algunas marcas y artículos.
En Latinoamérica este fenómeno se ve muy poco y en Cuba nada, como si no existiera. En realidad me alegro de no ver enormes colas frente a las tiendas para comprar productos innecesarios, pero me alegraría mucho más si en las tiendas cubanas de vez en cuando hicieran rebajas en los productos, o que estos tuvieran un valor equitativo con su calidad.
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Eduardo -