Un año pasado por agua
Este ha sido para mí, y para muchos cubanos, un año pasado por agua. Desde inicios de año la lluvia ha sido compañera y amiga inseparable de mis quehaceres diarios. En mis últimos días de universitario las constantes lluvias me obligaban a estar muchas horas dentro del laboratorio de computación o dentro de húmedo cuarto universitario.
En las (creo yo bienganadas) vacaciones también la lluvia me acompañó cada día; unas veces me fastidiaba la tarde en la playa y otras ni siquiera me dejaba salir de la casa.
Ahora, ya como un hombre de trabajo, a cada rato me sorprende en la calle o en el trabajo. En ocasiones es una fina llovizna, que no moja pero empapa; otras veces es un aguacero trorrencial, con truenos y rayos incluidos.
Este año la impertinente mojada también ha salpicado a muchos cubanos; en lugares donde la sequía era perenne hoy todas las presas están aliviando sus caudales. En zonas donde los hilos de agua tienen nombres de ríos hoy corren mares color chocolate.
Esta lluvia ha obligado también a muchos a cargar con un compañero inseparable como el paraguas. Ya no se llama sombrilla, sino paraguas porque solo para esto sirve en estos días lluviosos y húmedos.
Ojalá que estas lluvias se muevan un poco y vayan a ayudar un poco a los más necesitados, porque ya los cubanos estamos un poco cansados de la continuas lluvias. No es que molesten mucho, sino lo seguido que lo hacen.
2 comentarios
Zenia -
Un saludo para Julito, Alina e Igorra.
Péglez -
Te invito a visitarla. Saludos. Péglez.