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Letra Nueva

El nombre de la rosa

El nombre de la rosa

“¿La palabra de Dios es eterna e inmutable?”

 

 “El que controle la información puede mandar”. Así diría un político o un jefe militar de nuestros tiempos, pero hace muchos años que esta idea se puso en práctica y no fue ningún militar o político: fue la Iglesia.

Por los años 1300 la Iglesia tenía el poder económico y político; podía disponer de los reyes y señores feudales. La Iglesia controlaba todas las grandes bibliotecas de su tiempo, eran los únicos que enseñaban a leer y escribir, los que hacían los libros y los traducían, pero incluso así, había monjes que no tenía acceso al conocimiento que guardaban los monasterios.

En los monasterios se hacían los libros y se traducían algunas obras clásicas griegas, sin embargo, otros clásicos se consideraban libros prohibidos y su lectura estaba limitada. Los sermones eran en latín y los monjes solo hacían una mera repetición pero sin interiorizarlos. La Iglesia cumplía la función de celadora de todas la “verdades establecidas”.

En manos de la Iglesia estaba el control de los instrumentos de la comunicación: soportes de escritura, conocimiento de esta, tecnología de la persuasión, posibilidad legal de informar y conformar,  conocimiento cultural y acceso a las fuentes de noticias.

Para la Edad Media no existen, en relación con la Iglesia, ni un arte existente por sí, despreocupado de la Iglesia, ni la ciencia autónoma.

Se da el caso de un monje que creía  a ultranzas en las santas escrituras y le atribuía a la risa un poder maligno; “la risa desfigura el rostro igual que el de los monos, y le hace perder a los hombres el poder de Dios y el miedo; y sin miedo no hay fé”.

Con este pensamiento en la cabeza el viejo monje ciego envenena las hojas de la Poética de Aristóteles, que contiene varias comedias, para que sus lectores no se contaminaran con la risa y no cayeran en las manos de un Demonio muy temido por él: el conocimiento.

También se ilustra muy bien el ambiente que se vivía en ese tiempo, por todos lados abunda la oscuridad y las creencias religiosas, el pueblo vivía para pagar el tributo a la Iglesia y sobrevivía con las sobras que podía obtener de los mismos monasterios que los oprimían.

Un papel muy destacado en este tiempo lo juega la Santa Inquisición; fundada en 1233, era el órgano censor por el pasaban los libros que eran considerados prohibidos y las personas que tenían un modo diferente de pensar eran llamados herejes y en consecuencia, purificados con el fuego redentor.

Allí, en un  monasterio tan famoso por su biblioteca, la comunicación fluía muy lentamente producto de las mismas trabas de la religión que era como un manto que oscurecía la vida de las personas de estos siglos. Los peregrinos y comerciantes que transmitían las noticias y costumbres de los lugares por donde pasaban eran pocos y se demoraban mucho en llegar a sus lugares de destino.

También otra cosa que atenta contra la comunicación en ese tiempo es el soporte que utilizaban. En todo el “mundo civilizado” predominaba la oralidad y como soporte físico se usaba el pergamino. El papel se había creado en China en el año 105 DC; llegó a España en 1150, a Italia en 1270 y a Alemania en 1390, por lo que hacer un simple libro era muy engorroso, y para colmo de males después los libros eran acaparados por la Iglesia. De todas formas era inútil que los tuviera el populacho que no sabía leer, cosa que favorecía a la Iglesia; mientras más ignorante es una persona más fácil es controlarla.

El pueblo en ese tiempo es muy sugestionable y los religiosos todo lo atribuyen a milagros o castigos de Dios, en una ocasión uno dice: “la muerte es superior a nosotros”, y digo yo ¿será de verdad así? Creo que no, la ignorancia sí es superior a nosotros.

También vemos la diferencia entre un religioso rígido y uno analítico, el rígido cree a ojos cerrados en las Santas Escrituras, para él esa es la verdad suprema e inmutable y el otro religioso analiza los hechos en todas sus aristas, desde el entorno social hasta el preferencias sexuales de los implicados.

Otro tema que llama mucho la atención en la relación entre el título y el contenido; por ningún lado se ve una rosa, a no ser que se le atribuya este nombre a la joven campesina que no habla en toda la película y que representa al pueblo analfabeto y sucio pero que en el fondo tiene una gran belleza.

Como un obstáculo para la comunicación interpersonal se manifiesta el lenguaje de los monjes con los campesinos, las diferencias ideológicas entre los mismos religiosos pero de diferentes Órdenes y todos estos problemas atentan contra la comunicación.

“En nombre de la rosa” no es una simple novela religiosa o de misterio; es, simple y llanamente, una novela sobre los HOMBRES, con las virtudes y defectos de nuestro tiempo disfrazadas en una visión histórica.

3 comentarios

YULIEHT ANDREA VERTEL FLORES -

YO OPINO QUE NOSOTROS DRBEMOS ACERLES CASO ANUESTROS MAESTROS Y PROFESORES Y AMIGOS Y PADRES DE FAMILIA

manuel lopez -

me parece exelente todo lo dicho pues muestra la verdad inata de el monopolio que es la iglesia la cual controla toda nuestra vida despues de haber luchado contra los que creen que el conocimiento es la base de la verdad (GUERRA QUE PERDIMOS) pues ellos dominan hoy en dia

Maria Valentina -

simplemente excelente!