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Letra Nueva

Unas quieren bajar de peso y otras subir

Unas quieren bajar de peso y otras subir

Cuántas veces hemos visto o leído acerca de mujeres para las cuales el peso es lo más importante en sus vidas, que siempre están pendientes de lo que comen y de los ejercicios diarios para mantenerse en la línea? Seguro que todos los días porque este es uno de los mayores males que afectan ala mujeres hoy en día, o por lo menos a aquellas que se preocupan más por las “libritas de más” que por su desarrollo profesional o la vida en general.

A cada rato leo sobre supermodelos y famosas de todo el mundo que siguen rigurosas dietas para mantenerse en forma y otras que llegan al extremo de comer solo algunas proteínas y carbohidratos al día, por supuesto, medidos matemáticamente para no subir de peso.

Ahora todas quieren parecerse a esas modelos de revistas que parecen tablas, de lo lisas que están, sin curvas y sin musculatura. Todo en aras de mantenerse en la línea.

Por eso me extraño muchísimo leer una noticia sobre una mujer americana que quiero todo lo contrario, subir de peso. Resulta que Susanne Eman, es una mujer estadounidense obsesionada con su peso que no deja de comer porque quiere convertirse en la mujer más gorda del mundo.

La mujer consume por lo menos unas 20.000 calorías al día, pues quiere alcanzar el pso de 730 kilos (1.600 libras), actualmente pesa 330 kilos. Susanne, de 32 años, de Arizona, EE.UU. espera a finales de año llegar a los 361 kilos.
La madre de dos hijos, cree que ya ha superado a Donna Simpson, de 43 años, de Nueva Jersey, quien pesa 317 kilos. Y Susanne ha creado un gran revuelo entre los fans de “Las mujeres de talla más Grandes y Hermosas (SSBBWs)”, Ahora tiene planes para aumentar su ingesta de calorías para seguir ganando.

La extraña misión de Susanne, comenzó después que no pudo dejar de ganar peso de forma natural. “Me di cuenta que en realidad comencé a atraer a más hombres, y me hizo sentir bien”.

La madre desempleada, que no pueden trabajar debido a su peso, asegura que se mantiene activa haciendo ejercicios simples y teniendo controles periódicos de salud.

“Si me enfermo, he preparado a mi hermana para que cuide de mis hijos”, añadió Susanne. A pesar de las advertencias de su médico que su experimento extraño podría matarla, Susanne insiste en que quiere romper el récord.

“El mensaje que quiero transmitir es que la gente acepte a los demás por lo que son”, dijo.

En fin, que para gustos los colores, ya no se sabe que esperar de las mujeres, cuando algunas como esta americana quieren se la más gorda del mundo y otras miles quieren ser más delgadas que un palo de escoba.

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