Hablemos de géneros, pero respetemos la gramática!
Hoy en todos los medios de prensa de Cuba se pueden ver muchos spots promocionales, anuncios y hasta noticias acerca de la necesaria igualdad de oportunidades en todos los ámbitos de la vida para hombres y mujeres. Hasta ahí todo está bien y justo, pero ahí mismo comienzan las contradicciones entre el lenguaje de género (que es un invento o está mal utilizado, a mi parecer…) y la gramática castellana (que es femenina: la gramática…).
Cuando culmina el espacio televisivo Aventuras vemos un anuncio que reza: “Aquí concluye la programación para los NIÑOS y las NIÑAS”. Si tratamos de hablar de igualdad, porque separamos los sujetos (niños y niñas) si gramaticalmente el sustantivo “niños” es genérico y sirve para cualificar a los menores de edad que no han llegado a la adolescencia, sin importar su sexo? En ese caso el lenguaje de género es redundante y contraproducente, por no decir incorrecto.
Un caso similar pasa con “trabajadores” y “trabajadoras”, a pesar de que el término trabajador incluye a los dos sexos de los seres humanos que trabajan. Imagínense todos los documentos de una empresa que para cumplir con el lenguaje de género tengan que decir “trabajadores y trabajadoras” en todos los documentos!!!
El idioma español es muy rico y complejo pero cuando hacemos anuncios o comunicamos algo por un medio de prensa sin saber su verdadero significado corremos el riesgo de cometer errores. Fíjense en un ejemplo complicado: si decimos que un hombre es un profesional entonces su denominación tiene una carga de respeto y valía, pero si decimos que una mujer es una profesional no significa lo mismo, aunque estemos usando un lenguaje de género. En el caso de la mujer profesional tiene una carga despectiva y se asocia con la venta de su cuerpo…
Hay personas que me recuerdan las presentaciones de los teatros o recepciones oficiales: “Señores y señoras. Ladies and Gentlemen…” pero se olvidan que en este caso no tiene nada que ver con el respeto o el lenguaje de género, sino con clases sociales diferentes y normas de protocolo para con estas, que son dos cosas diferentes. El colmo es que ya existen hasta manuales de lenguaje no sexista, que si se parecen a lo que dicen en Cuba debe estar lleno de errores (horrores) gramaticales.
En fin, no me opongo a que se luche por la igualdad de oportunidades para ambos sexos, pero si me opongo a que se hable mal el castellano. De todas formas la igualdad es más que palabras vacías; es acción y pensamiento y no tres frases lindas, rimbombantes y con errores gramaticales que pueda decir una linda presentadora.
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