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Letra Nueva

El Chupi chupi, polémica reguetonera en Cuba

El Chupi chupi, polémica reguetonera en Cuba

Desde hace unos días hay en Cuba una polémica enorme alrededor de la canción y el video “El Chupi chupi”, del cantante Osmany García. Como siempre, defensores asérrimos y detractores empecinados se debaten en cada esquina, virtual o real, de nuestra isla.

Luego de la publicación del artículo en el diario Granma  La vulgaridad en nuestra música: ¿una elección del “pueblo cubano”?, de María Córdova, Doctora en Ciencias sobre Arte, Profesora Titular del Departamento de Musicología del Instituto Superior de Arte, se desató el caos. Pero esto no fue el “inicio del fin”: el inicio había sido los comentarios en le programa televisivo Mesa Redonda del presidente del Instituto Cubano de la Música, Orlando Vistel.

Unos, “más papistas que el Papa”, niegan la pertinencia de cualquier canción, sin importar el género, que sea “denigrante y ofensiva para las mujeres o los cubanos en general”.

Otros defienden la posibilidad de mostrar esos videos en los medios de discusión masivos, porque como cultura popular al fin, son un reflejo de la sociedad cubana actual, que es, ante todo, satírica, con doble sentido, criticona, machistas y chavacana. Por supuesto, que nada de esto quiere decir que una canción que incite a la violencia contra la mujer, sea la elegida por el público sin razón alguna.

Hay que preguntarse entonces por qué la canción tomó tanto auge (vendedores ilegales, proliferación de memorias flash y dispositivos móviles…) y por qué la población ve estos videos como un reflejo de la sociedad, o será al revés? No será la sociedad la que se guía por estos videos para cambiar su forma de actuar, para bien o para mal?

Vale preguntarse también, qué presupuestos estéticos y artísticos tienen los realizadores de estos videos? Cuáles son los mensajes más habituales que transmiten? 

Creo que la educación en los jóvenes debe jugar un mejor papel, al mostrarle a los niños ejemplos de buena música, ya sea cubana o foránea, salsa o balada, para bailar o para escuchar. Y sobre todo, darle la oportunidad de escoger y determinar qué es lo bueno y lo malo.

A pesar de lo que digan sus críticos, el video de este tema fue nominado a los Premios Lucas de vídeoclip en varias categorías. También es cierto que dice: "Dame un chupi chupi, que yo lo disfruti/ abre la bocuti, tragátelo tuti", entre otras expresiones de contenido sexual. Pero esas frases ya están fundidas en el lenguaje de una grupo poblacional amplio del que ya no se puede borrar.

Ahora si eliminamos esa canción de todos los espacios televisivos y radiales no vamos a eliminar la violencia y la marginalidad. Nos quedaremos solo en el hecho y no en el fenómeno, porque el reguetón cubano es lo que más se venden en las calles cubanas y el autor de "El chupi chupi" es uno de los más populares.

E mi opinión, más que prohibir una canción ya conocidísima por el público, se debería tener grandes conocimientos musicales y estéticos a la hora de escoger los videos que se transmiten en un programa determinado, para que no salgan a la luz pública malos ejemplos. Pero sobre todo se debe educar a la población en el buen gusto y promover bueno proyectos audiovisuales y a buenos realizadores.

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