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Uniformes escolares en Cuba: modas y tendencias juveniles

Uniformes escolares en Cuba: modas y tendencias juveniles

Cada día cientos de miles de niños y jóvenes inundan las calles de Cuba y le aportan colorido a las mañanas con sus uniformes. Los más pequeños visten de rojo y blanco y adornan sus camisas con pañoletas azules o rojas (los colores de la bandera cubana), los de la enseñanza secundaria usan blanco y amarillo, mientras que los institutos politécnicos y las escuelas deportivas visten de carmelita.
Pero las diferencias entre los uniformes escolares en Cuba van mucho más allá: en las escuelas preuniversitarias visten de azul y camisas azul pálido, pero los preuniversitarios vocacionales también visten de azul, solo que con camisas blancas. En tanto las escuelas de formación militar se distinguen por sus llamativos trajes militares y los Instructores de Arte también le hacen la competencia.
Los uniformes en Cuba sirven para homogeneizar visualmente a los estudiantes, pero además para evitar diferencias demasiado notables a la hora de vestir entre estudiantes con diferentes posibilidades económicas: no todos tienen recursos como para llevar al aula un pantalón Levis Strauss o una camisa Dolce & Galbana y con el uniforme escolar esas diferencias se hacen mínimas.
Esos mismos uniformes poco a poco han ido sufriendo pequeñas modificaciones de acuerdo a las modas del momento: se ven camisas masculinas más ajustadas al cuerpo, sayas más cortas y medias más largas en las muchachas. Las jóvenes cubanas también introducen  accesorios en sus uniformes como sortijas, collares o pequeñas carteras de mano, aunque muchas veces son reprendidas por mostrar artículos que no forman parte del uniforme escolar.
Las modas actuales son muchas: blusas entalladas al cuerpo, camisas por fuera, piercing y pulsos de disímiles formas y colores, pelados en boga, maquillaje llamativo y combinaciones variadas entre el uniforme y “la ropa de calle” son algunas de las “tendencias” que se pueden apreciar cada mañana cuando los estudiantes acuden a sus escuelas.
¿Tiene que ver esta tendencia con la necesidad de los jóvenes cubanos que buscan parecerse a los de otros países? ¿Es un símbolo de rebeldía? ¿Terminará la moda por absorber el concepto de uniformidad cubano?
Es cierto que durante mucho tiempo en Cuba los uniformes escolares fueron respetados contra casi todas las tendencias de la moda, pero actualmente el consumismo y vestir "on fashion" marca la diferencia en las aulas: ahora se distinguen y sobresalen aquellos que portan las prendas más caras, ya sean tenis de marcas, relojes pulseras llamativos, mochilas, las ahora llamadas luncheras y otros artilugios digitales. La necesidad de un fácil reconocimiento social en una etapa de vida tan importante hace que muchos quieran estar a la moda, cueste lo que cueste.
“El uniforme debió cambiar con el tiempo. Ya no es lo mismo de hace 30 años. Apostaría por uno que se adecuara más a la moda, quizá con esta tela, pero con otros colores. La moda se ha convertido en un factor determinante para decidir cómo llevarlo. Pienso que llegará a ser más fuerte que el propio reglamento que lo determina”, nos manifestó una joven cubana de camino a su escuela preuniversitaria.
Su compañera también nos ofreció su opinión al respecto, incluso más radical: “Los estudiantes cubanos, al menos los adolescentes, nos encontramos en una contradicción muy grande: parecer ridículos vistiendo el uniforme y estar en paz con el reglamento, o lucir como nos gusta y vivir pendiente de la persecución por parte de los profesores”
Al parecer el uniforme escolar de la Cuba actual está diseñado sin tener en cuenta las tendencias de la moda actual. En esto pudiera influir que sus diseñadores son personas alejadas del mundo de los adolescentes, de su forma de vestir, de sus gustos y preferencias. Al no cumplir con los parámetros de la usanza actual, los jóvenes tratan de adecuarlo a cómo desean verse en la búsqueda de su personalidad.
La música y los medios de comunicación masivos también influyen mucho en el modo de vestir, determinando que cada muchacho incorpore al uniforme accesorios ajenos al reglamento establecido. A partir de eso se modifican peinados y formas de usar el mismo uniforme. Los jóvenes cubanos no pueden estar alejados de los avances de la cosmética, la moda y la publicidad: el muchacho tiende a buscar cierta similitud con los “paradigmas del buen vestir” que percibe en su cotidianeidad y también busca así su individualidad a pesar de vestir todos un uniforme similar. Los jóvenes, en fin, tratan de parecerse a su tiempo, como o sin uniformes.
¿Y los peinados? Pues esos también contribuyen a crear una imagen “a la moda” de los estudiantes cubanos. El peinado al "mawa", enhiesto y desafiante, le suma varios centímetros a la talla de muchos jóvenes cubanos que andan como salidos de El Último de los Mohicanos, la célebre novela de James Fenimore Cooper. Los seguidores de esta tendencia —mayormente adolescentes con ínfulas rebeldes— se endurecen el pelo de la coronilla, donde lo recogen en una suerte de pico enlacado. Sin embargo, pocos conocen que dicha muestra de inconformidad y rebeldía tiene sus orígenes en un estilo musical devenido subcultura y actitud ante la vida: el punk. Y si en otros tiempos el "mohicano" cubano era exclusivo de los rockeros, ahora los jóvenes parecen influenciados por ídolos deportivos, como los futbolistas David Beckham y Cristiano Ronaldo, mimados por la farándula y los medios.
El otro protagonista de los peinados a la moda en las escuelas cubanas es el llamado "bisté emo". El "mawa" palidece ante el "bisté emo", un mechón de pelo que oculta ciertas caras de circunstancia, cuyo ojo visible fisgonea la realidad como escondido tras una cortina capilar. Los "emos", por lo general, visten ropa ajustada, que combinan negros y rosados; usan piercings, cintos de chapas, sudaderas con capucha, muñequeras, ojos delineados y peinados al estilo de los "manga" (comics japoneses). Pero como los estudiantes no pueden llevar estas prendas de vestir a sus escuelas, optan por incluir sus originales peinados dentro de la "moda del uniforme escolar". Pero bueno, el peinado es un mundo aparte que merece él solo un estudio sociológico.
En general esas sencillas prendas de vestir también son motivos de alegría en ocasiones, sobre todo al inicio de cada curso escolar, cuando los más pequeños visten por primera vez los colores de la bandera y los que son un poco más grandes ven cambiar el color de sus atuendos de rojo al amarillos o de amarillo a azul o carmelita.
La pequeñita Naylan Nuñez Mórales comenzó este mes de septiembre a vestir un uniforme escolar por primera vez, pero lo cuida y lo viste con todo orgullo. Su madre siempre la viste cada día y ella tiene el mayor cuidado del mundo para ensuciar su blusa o su saya y a su paso le enseña el uniforme a todo el mundo. De sus primos Danny Junior y Ana Flavia aprendió a cuidar el uniforme y solo quiere crecer para vestir de amarillo o de azul come ellos, que son sus ejemplos. Pero esos niños y jóvenes no son los únicos que visten el uniforme escolar correctamente y con orgullo: la gran mayoría de los estudiantes cubanos visten adecuadamente en las escuelas y solo una pequeña parte de los más de dos millones de estudiantes de la Isla optan rompen con la uniformidad de diseños y colores estándares.
Danny Junior y Ana Flavia, esos ejemplos que ve la pequeña Naylan a diario, estudian en una escuela secundaria cercana a sus casas. El único artículo ajeno al uniforme que lleva ella son los adornos de su pelo y una pequeña cadena con la imagen de una virgen y él lleva incluso su teléfono en el bolsillo para no desentonar. Sus padres les han enseñado siempre a vestir correctamente. Sin embargo algunos de sus compañeros de aulas llevan pullover (camiseta, playera, t shirt) debajo de las camisas y solo esperan la oportunidad para cambiarse y dejar a un lado la camisa de uniforme. Las muchachas a veces llevan también chaquetillas encima de las blusas para acercarse a la moda, pero la mayoría de las veces son requeridas antes de entrar a la escuela.
Existen en Cuba una etapa del año en que los uniformes escolares son casi imperceptibles: el invierno, cuando bajan las temperaturas en esta isla del Caribe. Entonces los cubanos visten ropas de abrigo de todos colores encima de los uniformes y las escuelas se ven como campos coloridos. En esa etapa los profesores no se fijan mucho en la uniformidad de su alumnado porque es casi imposible descubrir qué hay debajo de cada abrigo. Y es cuando los jóvenes aprovechan para vestir prendas que nada tienen que ver con el uniforme.
En fin, el uniforme que antes nos enorgullecía poco a poco va mostrando los cambios de una época, marcada por el consumismo y las tendencias cambiantes de la moda, que también influyen en los uniformes escolares.

1 comentario

danet gonzalez -

yo pienso que si nos han dado la posibilidad de crear organisaciones para doirijir las escuela si hay estudiantes que son buenisimos en sus notas yo pienso porque tambien no les dan la posibilidadn de modificar los trajes que ellos mismos usan escuchar lo que quieran y si el momento de recreo que se les da es de ellos tienen todo su derecho de disfrutarlo como quieran pk ellos estudian y progresan y porque no darles su lugar si solo es su juventud que la quieren disfrutar