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Letra Nueva

La Madrugada

La Madrugada

Las madrugadas en Cienfuegos están llenas de fantasmas; seres anónimos, sin rostros. Caminan por las esquinas, con las caras transfiguradas por el amanecer y el cansancio, con pasos vacilantes. Otros caminan apurados, todavía con los ojos llenos de pesadillas y sueños truncos.

Algunos madrugadores rodean una botella medio llena, o medio vacía, no importa a esa hora, y empiezan el ritual diario de ahogar sus penas en alcohol.

Por las calles se ven parejas que unen las fiestas nocturnas con el amanecer de trabajo y rutina. Aunque los madrugadores a veces son diferentes siempre se ven iguales y caen en el mismo concepto.

A esas horas las calles se ven solitarias y casi limpias de desechos y basuras humanas, pero poco a poco, con el sol, salen los cienfuegueros, presurosos, desesperados, adormilados unos y bellas otras.

Muchos de ellos ignoran todo lo que sucede por las madrugadas, hasta que cae nuevamente la noche y llega su amiga la madrugada y con ella sale una vez más la fauna de madrugadores.

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