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La nacionalidad azteca a través de la novela de la Revolución Mexicana y del Muralismo Mexicano.

La nacionalidad azteca a través de la novela de la Revolución Mexicana y del Muralismo Mexicano.

Si el Hombre es Polvo, esos que andan por al llano son Hombres.

Octavio Paz, prólogo de Pedro Páramo.

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo.

Juan Rulfo, Pedro Páramo.

 

La Revolución Mexicana de 1910 con Zapata y Villa a la cabeza  fue el principal tema tratado por los escritores que se inscriben dentro de la Novela de la Revolución Mexicana como corriente literaria y cultural. Esta novela no solo significó un aumento de las posibilidades de lecturas autóctonas de América sino que sirvió para consolidar y formar la nacionalidad mexicana. Ya los hombres se identificaban con las obras que hablaban de este tema que los afectó tanto y se sentían más aztecas cuando veían las descripciones de su pueblo y su cultural en las grandes novelas de la época. Con el desarrollo de la Novela de la Revolución Mexicana  surgen escritores que no solo escriben sobre este suceso sino que lo pintan con todos sus matices, destacan Agustín Yañes (“Al filo del agua”, 1947), Mariano Azuela (“Andrés Pérez, maderista, 1911  y “Los de abajo”,1916.)

    Además de las obras de Azuela destacan, “El águila y la serpiente” (1928) de Martín Luis Guzmán, “¡Vámonos con Pancho Villa!” (1931) de Rafael Muñoz, “Tropa vieja” (1931), de Francisco L. Urquizo, “Campamento” (1931) de Gregorio López y Fuentes, “Desbandada” (1934) de José Rubén Romero, “El resplandor” (1937) de Mauricio Magdaleno, “Cartucho” (1931) y “Manos de mamá” (1937) de Nellie Campobello.

   Las consecuencias de la revolución hecha gobierno se definen en la más importante novela política mexicana, “La sombra del caudillo” (1929) de Guzmán. Quizá el ciclo se cierre con tres novelistas que ya no participaron en la contienda, pero pudieron reflexionar sobre ella y recrearla mediante una estructura novelística y un lenguaje renovadores: José Revueltas (“El luto humano”, 1943), Agustín Yáñez (“Al filo del agua”, 1947) y Juan Rulfo (“El llano en llamas”, 1953 y “Pedro Páramo”, 1955).

   Antes del movimiento cultural de la Revolución Mexicana la nacionalidad azteca existía pero no se conocía nivel continental, incluso los mismos mexicanos no tenían conciencia de la existencia de su nacionalidad como grupo étnico con una cultura, religión, tradiciones y vivencias comunes. El movimiento revolucionario sirve para concentrar a los aztecas en un solo frente, lo que hace posible que todos piensen igual y se identifiquen como pueblo o nacionalidad. 

   Es de destacar que varios de estos novelistas después tuvieron participación en la vida política de su nación y otros se dedicaron a la enseñanza o la crítica literaria. Agustín Yáñez (1904-1980), fue profesor universitario y gobernador de su estado natal, Jalisco. En 1945 fue nombrado coordinador de Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en 1946 embajador universitario en América del Sur. Entre 1964 y 1970 fue secretario (ministro) de Educación Pública.

   Agustín Yáñez, al emplear técnicas narrativas nuevas como el monólogo interior y la alteración de planos temporales, inaugura con la publicación en 1947 de “Al filo del agua”, la novela mexicana moderna. En esta obra narra la vida de un pueblo rural del centro de la República, en el estado de Jalisco, de donde es originario (como Mariano Azuela, Juan Rulfo, Juan José Arreola). Sus personajes, prisioneros de la religión y llenos de culpabilidad y deseos, se ven sacudidos por los presagios del cambio revolucionario de 1910. A diferencia de los novelistas de la Revolución Mexicana, Yáñez relata los acontecimientos desde la distancia de una prosa ceñida y suntuosa, con intención estética. Su aspiración era lograr "una síntesis de nuestra historia. Más aún: la idea de la historia como eterno retorno". Escribió numerosos relatos y novelas: Flor de juegos antiguos (1942), Melibea, Isolda y Alda en tierras cálidas (1945), La creación (1959), La tierra pródiga (1960), Ojerosa y pintada (1960), Las tierras flacas (1962). Agustín Yáñez fue miembro de El Colegio Nacional y de la Academia Mexicana de la Lengua.

   Desde 1910 hasta la década del 50 se ve un movimiento enorme en el desarrollo de la sociedad mexicana. Hasta casi mediados del siglo soportan regímenes militares, revoluciones agrarias, reformas gubernamentales y toda clase de fenómenos que ponen a prueba la nacionalidad  mexicana. Son vejados en varias ocasiones por las tropas americanas, pero incluso así mantienen sus tradiciones.

    En algún libro que no logro recordar leí que la Novela de la Revolución Mexicana sembró la semilla de la nacionalidad azteca y que el muralismo mexicano convirtió esa semilla en árbol. Creo que estos dos movimientos se complementan. Es cierto que existe una diferencia temporal, aunque pequeña, y que una corriente es literaria y la otra es pictográfica, pero ambas contribuyeron a un fin común; hacer más fuerte la nacionalidad mexicana. 

    La revolución mexicana que luego rompió con el porfirismo, también rompió con la vieja manera de concebir al arte. Los retratos, paisajes, bodegones, etc, típicos del arte de la aristocracia fueron desplazados por el mural que podía ser apreciado por todas las clases sociales, ya que estaban emplazados en edificios y construcciones públicas. El muralismo aparece como resultado de la revolución mexicana, interesado este por el pasado prehispánico y colonial. Diez años después de la derrota del porfirismo, habiendo los revolucionarios asumido el poder, el muralismo resurge gracias al apoyo del ministro de educación José Vasconcelos (1920). Vasconcelos estaba convencido de que el muralismo era parte de la tradición prehispánica y colonial, y que debía ser la herramienta de arte social para dar a conocer ese pasado y proyectar el futuro de la democracia en ese país. Es así que el ministro convoca a artistas como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros , etc( muchos de ellos que se encontraban en Europa) quienes pintaron decenas de murales.

  Si bien la mayoría de los muralistas se consideraban pro comunistas, el gobierno que no tenía esta tendencia ideológica apoyaba a estos en un afán de justificación y búsqueda de legitimidad. Lo que logro que el muralismo adquiriera esa dimensión que mas tarde contagiaría a toda América, fue la concepción del arte mural en un espacio publico, arte para todas las clases sociales, de carácter histórico, humanista y muchas veces contestatario. Los muralistas, que se consideraban artistas al servicio del pueblo, pintaron inmensa cantidad de muros donde se representaban la historia de México donde pasado presente y futuro se conjugan y fusionan dando origen al México moderno y futurista. El mural generaba conciencia política y cultural al pueblo.

   En 1924, Vasconcelos dimite y, al desaparecer su protección, se retiran las comisiones y termina la primera fase del muralismo. La mayoría de los pintores se retiran o dispersan, algunos van a Guadalajara, donde Siqueiros ayudaría a Armando de la Cueva en un encargo de gobernador Zuno. Guadalajara continúa con el mecenazgo de los muralistas, y serán donde puedan verse las mayores obras de Orozco. En la década del 40, el gobierno entendió que no era ya de utilidad y quitó su apoyo a los muralistas ; este cambio de animosidad hacia la pintura mural es debido a que las instituciones que financiaban las realizaciones de los murales, tuvieron intereses distintos a los de los muralistas. Las instituciones prefirieron dejar los muros en blanco o realizar grandes cromos fotográficos sirviéndose del onanismo de algún artista que jugando con elementos plásticos, creaba un mural inexpresivo

   El auge de la pintura muralista contagió a los demás países de Latinoamérica y adquirió características propias de cada país en el que se desarrollaba. La visita de los grandes maestros mexicanos del muralismo a distintos países de Latinoamérica y el contacto de estos con artistas de países vecinos llevó la semilla del muralismo que se difundió por toda América, llegando inclusive a Estados Unidos. Fue así que en cada país de América surgieron maestros seguidores de la escuela muralista mexicana que siguieron los pasos del muralismo con algunas discrepancias ideológicas. Poco a poco al quitar el apoyo económico a los muralistas la disciplina dejo de tener el auge de aquel tiempo.

   En México se destaca como uno de los más destacados muralistas Diego Rivera, su primer mural pintado fue “Creación”, que comenzó ya a finales de 1921 en el auditorio de la ENP. En el esquema de Rivera aparecen juntas figuras de mexicanos vestidas con sus trajes populares y figuras que representaban las artes y las virtudes civiles y teológicas (justicia, esperanza, fe, etc), todo ello coronado con la leyenda “La luz primera o principal energía”. Lo que concentraba la atención de sus murales era la mezcla vigorosa de volúmenes y simplificaciones cubistas con préstamos del Quattrocento y el Renacimiento italianos, sobre todo del Giotto y de Miguel Ángel. Los murales de Rivera para Vasconcelos en su recientemente restaurado Ministerio de Educación, comenzaron en marzo de 1923 en medio de una gran publicidad.

   En 1926-27, pintó la capilla y parte del edificio de la administración de la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo. La inmensa alegoría de la tierra creadora (La tierra liberada con las fuerzas naturales controladas por el hombre) sobre el altar mayor de la capilla, flanqueada por escenas relativas a la revolución, incluida la escena de los cuerpos enterrados de Zapata y Montaño: “La sangre de los mártires revolucionarios fertilizando la tierra “, como en contradicción triunfante del voto de la reacción, durante la lucha, de “exterminar la semilla de Zapata para que no vuelva a germinar”. En 1927 Rivera termina los murales del piso superior del Ministerio de Educación; recientemente vuelto de Moscú introduce la iconografía revolucionaria rusa: la estrella roja, la hoz y el martillo, e imagen tras imagen subraya la unidad revolucionaria de trabajadores, soldados y campesinos, y las clásicas oposiciones entre ricos y pobres. Pero el conjunto estaba unido a una larga bandera roja con la letra de un grabado de la revolución campesina, del tipo de los utilizados por Guerrero en su xilografía para la cubierta de “El Machete” en 1924: “La tierra es para quien la trabaja”.

   En (1942-1951) realizó idealizadas escenas de las culturas precolombinas en los corredores del Palacio Nacional, intentando comprender y utilizar de forma creativa las estructuras y la iconografía precolombinas. En 1953 pinta el mural del Hospital de la Raza “La Historia de la Medicina en México: El pueblo exige una mejor salud.

Lágrimas de sol.

Lágrimas de sol.

Aplicar nuestros conocimientos de Teoría de la Comunicación a una película de acción, en específico una clasificada como comando y para colmo americana, es casi un reto; pero vamos a enfrentarlo.

La idea central de este filme gira alrededor de un grupo de asalto del ejército americano que tiene la misión de sacar de la zona de combate en Nigeria a una doctora americana. Cuando llega al lugar de la misión tiene que salvar también casi 70 nigerianos. Hasta ese momento el tema del filme es bastante fuerte y tiene un espíritu altruista, pero ahí es donde comienzan los disparates.

Si tomáramos a la película como emisor, puesto que el cine es un integrante de los mass media, y nosotros fuéramos los receptores, veríamos que quieren hacernos creer que los soldados del ejército americano siempre son buenos y los negros africanos siempre son el enemigo; a no ser que estos mismo africanos respondan a los intereses americanos, como hace suponer el filme cuando ayudan al hijo del presidente de Nigeria.

En este caso en nosotros como receptores no se puede aplicar la teoría hipodérmica porque nosotros tenemos conciencia, reaccionamos según nuestros conocimientos, tenemos el poder de analizar las situaciones que se dan en la película desde nuestro punto de vista y no somos una masa homogénea sin tradiciones; no se nos puede ver como individuos aislados.

Nosotros ya nos somos hombres-masa porque ya reaccionamos individualmente ante los mensajes del filme; algunos de los que vimos la película no creímos nada y sin embargo otros lloraron, ahí se ve el poder de los media en la manipulación de algunos receptores.

Sí se puede ver en algunos casos la corriente empírico-experimental, el mensaje de los media tiene características especiales que interactúan con los rasgos específicos de los diferentes integrantes del público; todos los receptores no reaccionamos de la misma forma, pero si en muchos casos los medias nos persuaden y nos impulsan a creer.

Una cosa si se puede decir; el filme nos manipula desde varios puntos de vista y en varios momentos. Los televidentes se creen todos los problemas y conflictos que pasan los nigerianos y los soldados, que en realidad son reales. Pero lo que es muy difícil de creer es que un soldado americano, teniente con muchas misiones de combate en su record, se pueda desviar del objetivo de su misión de un momento a otro y sin un motivo personal muy fuerte que lo respalde. Parece como si su psicología hubiera cambiado drásticamente con solo ver la situación en que vivían los africanos, una situación que por demás estaba cansado de ver porque ya tenía varias misiones en la zona.

También en un inicio se ve muy claro el poder de los medios: al principio del filme se ve en un noticiero la noticia en la que se hablaba de la muerte de toda la familia del presidente nigeriano, a mediados de la película los mismos protagonistas se asombran porque en realidad el hijo de presidente todavía estaba vivo; ellos se guiaron por lo que difundían los mass media.

Otra cosa que vemos como poco creíble es que un comando americano se deje manipular por una mujer que ni siquiera conoce; es cierto que la situación en que sen envueltos te hace reflexionar pero no como para abandonar una misión.

 

También como receptor es muy difícil encontrar la relación título-contenido, por mi parte se la atribuyo a las lágrimas de los africanos en varios momentos, ya que muchas personas asocian a los africanos con la crudeza del sol que impera en su continente. Si fueran los protagonistas rusos o alemanes entonces fueran “lágrimas de nieve”.

Es muy importante analizar el contexto social de los receptores, que en este caso somos nosotros; ya tenemos una cierta cultura y conocimientos de la realidad que nos recrea el filme y por lo tanto los efectos de los medias se ven limitados y nuestra reacción es muy particular.

También como espectador veo muy infantil que un general establezca comunicación con un teniente en plena misión desde la pista de aterrizaje de un portaaviones, es muy cierto que se quiere dar la idea de que están en combate y para esto se apoyan en los aviones despegando a sus espaldas, ¿Pero no sería mejor comunicarse desde una oficina y después poner las imágenes de los aviones despegando?

En verdad todo el mensaje del filme está muy mal organizado y por lo tanto es poco efectivo en el cumplimiento de su objetivo.

Por último cabe preguntarse ¿En verdad la situación en Nigeria es así o eso es lo que quieren que creamos? ¿Actúan así los soldados americanos? Responder estas preguntas es sencillo, cada cual tiene una opinión diferente como diferentes son los puntos de vista, pero sí hay que analizar la cantidad de información manipulada a la que nos vemos expuestos a cada instante. En fin cada receptor reacciona de una forma diferente y...                      ¡saque usted sus propias conclusiones!

El nombre de la rosa

El nombre de la rosa

“¿La palabra de Dios es eterna e inmutable?”

 

 “El que controle la información puede mandar”. Así diría un político o un jefe militar de nuestros tiempos, pero hace muchos años que esta idea se puso en práctica y no fue ningún militar o político: fue la Iglesia.

Por los años 1300 la Iglesia tenía el poder económico y político; podía disponer de los reyes y señores feudales. La Iglesia controlaba todas las grandes bibliotecas de su tiempo, eran los únicos que enseñaban a leer y escribir, los que hacían los libros y los traducían, pero incluso así, había monjes que no tenía acceso al conocimiento que guardaban los monasterios.

En los monasterios se hacían los libros y se traducían algunas obras clásicas griegas, sin embargo, otros clásicos se consideraban libros prohibidos y su lectura estaba limitada. Los sermones eran en latín y los monjes solo hacían una mera repetición pero sin interiorizarlos. La Iglesia cumplía la función de celadora de todas la “verdades establecidas”.

En manos de la Iglesia estaba el control de los instrumentos de la comunicación: soportes de escritura, conocimiento de esta, tecnología de la persuasión, posibilidad legal de informar y conformar,  conocimiento cultural y acceso a las fuentes de noticias.

Para la Edad Media no existen, en relación con la Iglesia, ni un arte existente por sí, despreocupado de la Iglesia, ni la ciencia autónoma.

Se da el caso de un monje que creía  a ultranzas en las santas escrituras y le atribuía a la risa un poder maligno; “la risa desfigura el rostro igual que el de los monos, y le hace perder a los hombres el poder de Dios y el miedo; y sin miedo no hay fé”.

Con este pensamiento en la cabeza el viejo monje ciego envenena las hojas de la Poética de Aristóteles, que contiene varias comedias, para que sus lectores no se contaminaran con la risa y no cayeran en las manos de un Demonio muy temido por él: el conocimiento.

También se ilustra muy bien el ambiente que se vivía en ese tiempo, por todos lados abunda la oscuridad y las creencias religiosas, el pueblo vivía para pagar el tributo a la Iglesia y sobrevivía con las sobras que podía obtener de los mismos monasterios que los oprimían.

Un papel muy destacado en este tiempo lo juega la Santa Inquisición; fundada en 1233, era el órgano censor por el pasaban los libros que eran considerados prohibidos y las personas que tenían un modo diferente de pensar eran llamados herejes y en consecuencia, purificados con el fuego redentor.

Allí, en un  monasterio tan famoso por su biblioteca, la comunicación fluía muy lentamente producto de las mismas trabas de la religión que era como un manto que oscurecía la vida de las personas de estos siglos. Los peregrinos y comerciantes que transmitían las noticias y costumbres de los lugares por donde pasaban eran pocos y se demoraban mucho en llegar a sus lugares de destino.

También otra cosa que atenta contra la comunicación en ese tiempo es el soporte que utilizaban. En todo el “mundo civilizado” predominaba la oralidad y como soporte físico se usaba el pergamino. El papel se había creado en China en el año 105 DC; llegó a España en 1150, a Italia en 1270 y a Alemania en 1390, por lo que hacer un simple libro era muy engorroso, y para colmo de males después los libros eran acaparados por la Iglesia. De todas formas era inútil que los tuviera el populacho que no sabía leer, cosa que favorecía a la Iglesia; mientras más ignorante es una persona más fácil es controlarla.

El pueblo en ese tiempo es muy sugestionable y los religiosos todo lo atribuyen a milagros o castigos de Dios, en una ocasión uno dice: “la muerte es superior a nosotros”, y digo yo ¿será de verdad así? Creo que no, la ignorancia sí es superior a nosotros.

También vemos la diferencia entre un religioso rígido y uno analítico, el rígido cree a ojos cerrados en las Santas Escrituras, para él esa es la verdad suprema e inmutable y el otro religioso analiza los hechos en todas sus aristas, desde el entorno social hasta el preferencias sexuales de los implicados.

Otro tema que llama mucho la atención en la relación entre el título y el contenido; por ningún lado se ve una rosa, a no ser que se le atribuya este nombre a la joven campesina que no habla en toda la película y que representa al pueblo analfabeto y sucio pero que en el fondo tiene una gran belleza.

Como un obstáculo para la comunicación interpersonal se manifiesta el lenguaje de los monjes con los campesinos, las diferencias ideológicas entre los mismos religiosos pero de diferentes Órdenes y todos estos problemas atentan contra la comunicación.

“En nombre de la rosa” no es una simple novela religiosa o de misterio; es, simple y llanamente, una novela sobre los HOMBRES, con las virtudes y defectos de nuestro tiempo disfrazadas en una visión histórica.