Una semana de desintoxicación para mi

Si, no se asombren, estuve una semana de desintoxicación. Pero no de las drogas o el alcohol, sino de internet y las computadoras. En realidad estuve toda una semana alejado de PC y de la red de redes, para olvidarme de las tenciones que ello genera.

Estuve unos días de vacaciones intelectuales, porque esos días descansé el “cerebro”, o por lo menos la parte “intelectual”. Es como si hubiera dejado una máquina en stand by, solo con las funciones básicas: comer, dormir, procesar alientos y expulsar desechos. A fin de cuentas el cuerpo se puede recuperar más rápido de un cansancio que la mente, o por lo menos esos dicen los médicos acerca del stress laboral.

Es emocionante vivir esta revolución de la información donde los conocimientos son “casi” gratuitos y el mundo está a nuestro alcance, sin embargo existe un lado negativo a este estilo de vida multimedia: menos creatividad, síndrome de “cerebro saltarín”, aislamiento y depresión a raíz de una sobredosis de estímulo mediático exageradamente accesible. La hipercomunicación tiene sus pros y sus contras.

Ahora de nuevo me pongo a trabajar y ya comienza la lucha diaria de responder mensajes, correos, llamadas por teléfono y hasta mensajes de humo de colegas, amigos y desconocidos que hacen más “llevadera” me jornada laboral.

Ahora no pasaré de nuevo por el proceso de desintoxicación hasta dentro de un año, según me recomendó mi amigo el doctor Google Inc.