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Letra Nueva

Un cable para unir al Caribe

Un cable para unir al Caribe

Una extensa red de cables submarinos repta por el fondo del mar Caribe. Pero ninguno toca costas cubanas debido a las imposiciones del bloqueo que mantiene Estados Unidos sobre Cuba hace 50 años.

La intrincada malla mundial de fibra óptica submarina posee ocho puntos en territorios muy próximos a la Isla (el cable que enlaza Cancún (México) con Miami (EE.UU.) pasa a solo 32 kilómetros de La Habana) y optimizaría extraordinariamente la comunicación si Cuba se pudiera conectar a ella. El sistema Arcos (Americas Region Caribbean Optical-ring System) conecta con fibra óptica a EE.UU., México, Centroamérica, Sudamérica y el Caribe, y brinda un servicio de ancho de banda de altísima velocidad. Pero Arcos es copropiedad de 28 entidades de la región y está liderada por New World Network, accionista norteamericano mayoritario que tiene una participación del orden de 88,2% y no permite la conexión a Cuba por las mismas leyes americanas.

En la actualidad todos esos cables ofrecen servicios de telefonía, Internet, señal televisiva y radial, pero sus costos muchas veces son imposibles para las naciones pobres del área, que son la mayoría. Pero la realidad está por cambiar con la puesta en servicio de un cable submarino instalada por la empresa estatal Telecom Venezuela y la cubana Transbit (ahora forman la empresa Telecomunicaciones Gran Caribe, S.A.), que se piensa entrará en servicio a inicios del 2010.

Hace poco más de un año, en el momento de anunciar la unión de esas dos empresas para realizar la conexión internacional el presidente de Telecom Venezuela, Julio Durán, resaltó que esa empresa contribuirá a fortalecer la integración regional impulsada por el presidente venezolano y el Comandante en Jefe Fidel Castro, además el cable submarino permitirá la conexión entre todos los países del Caribe.

Las facilidades de comunicación que ofrecerá este cable permitirá una mayor independencia de las naciones caribeñas en cuanto a comunicaciones, pues posibilitará más de 20 millones de llamadas simultáneas, transmisión de hasta 26 mil canales de televisión, servicios de acceso a Internet a 160 gigabytes por segundo, lo que ayudaría ostensiblemente a la cooperación y el desarrollo de trabajos conjuntos en áreas como ciencia, educación, medicina, deporte y cultura entre Cuba, Venezuela y otros países del área interesados en las iniciativas integradoras.

El nuevo cable sería la única alternativa para acceder a sistemas de comunicación avanzados que tiene Cuba, pues las sofocantes restricciones impuestas por el bloqueo estadounidense a Cuba impiden las conexiones con empresas privadas proveedoras de líneas de fibra óptica en la región. Hasta el momento toda la conexión cubana a Internet es satelital –mucho más lenta y más cara que la fibra óptica-, por decisión de las leyes del bloqueo contra la Isla.

El cable proyectado tendrá mil 552 kilómetros de longitud y partirá desde La Guaira, en el estado de Vargas en la costa central de Venezuela y se extenderá hasta Siboney, en el este de Cuba y se invertirán más de 72 millones de dólares. La conexión tendrá dos bifurcaciones que posibilitarán la interconexión con otros países del Caribe y América, entre los cuales ya mostraron su interés, Nicaragua, Jamaica y Haití.

La instalación del cable submarino se suma a la puesta en servicio del satélite venezolano Vensat 1, que también ofrecerá servicios de transmisión radial, televisiva y de Internet a las naciones interesas, además de servir a los propósitos integradores de la Alternativa Bolivariana para las Américas.

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