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Letra Nueva

Borges y El Disco.

Borges y El Disco.

“Bienaventurados los que no tienen hambre de justicia, porque saben que nuestra suerte, adversa o piadosa, es obra del azar, que es inescrutable.”   

“Bienaventurados los misericordiosos, porque su dicha está en el ejercicio de la misericordia y no en la esperanza de un premio.”

                                                      J.L.Borges, Evangelios Apócrifos.

  A lo largo de su producción J.L. Borges creó un mundo fantástico, metafísico y totalmente subjetivo. Su obra, exigente con el lector y de difícil comprensión debido a la simbología personal del autor, ha despertado la curiosidad de numerosos escritores y críticos literarios en todo el mundo. Describiendo su propia producción literaria el autor declaró:"No soy ni un pensador ni un moralista, sino sencillamente un hombre de letras que refleja en sus escritos su propia confusión y el respetado sistema de confusiones que llamamos filosofía, en forma de literatura".

“Ficciones” (1944) está considerado como un hito en el relato corto y un ejemplo perfecto de la obra borgiana. Los cuentos son en realidad una suerte de ensayo literario con un solo tema que en el que el autor fantasea desde la subjetividad sobre temas, autores y obras, se trata pues, de una ficción presentada con la forma del cuento en el que las palabras son importantísimas por la falsificación (ficción) con que Borges trata los hechos reales. Cada uno de los cuentos de "Ficciones" está considerado por la crítica como una joya, una diminuta obra maestra. Además, sucede que el libro presenta una estructura lineal que hace pensar al lector que el conjunto de los cuentos conducirá a un final con sentido, cuando en realidad llevan a la nada absoluta. Otros libros importantes del mismo género son El Aleph (1949) y El Hacedor (1960).

  En El Aleph el describe un mundo fantástico, subjetivo, donde toda fantasía e imaginación puede ser posible, pero también donde los problemas de los hombres se reflejan de una forma diferente. Algunos autores o estudiosos dice de él que vivía en ese mundo creado por él, que su creación lo absorbió. Yo creo que su propósito era algo parecido a eso, no esconderse allí sino desde allí decirle a la humanidad lo que hacíamos bien y lo que hacemos mal. Creo también que si vivía en ese mundo hasta ahora nadie lo ha podido igualar en la creación de  un lugar como ese.

 Borges a través de sus cuentos trata problemas universales desde un punto de vista que muchas veces es ficticio. Así muestra conflictos y formas de pensar o actuar propios de situaciones muy singulares. Pongamos un ejemplo: la codicia o la avaricia, estos son males que afectan a la humanidad en general, no importa si eres latinoamericano o europeo, siempre estás al alcance de la codicia y la avaricia. Veamos uno de los cuentos de Borges, corto por demás, para ver como trata este tema que aquí afecta a un leñador inglés pero que puede afectar a cualquiera. Veamos “El disco”.

   Soy leñador. El nombre no importa. La choza en que nací y en la que pronto habré de morir queda al borde del bosque. Del bosque dicen que se alarga hasta el mar que rodea toda la tierra y por el que andan casas de madera iguales a la mía. No sé; nunca lo he visto. Tampoco he visto el otro lado del bosque. Mi hermano mayor, cuando éramos chicos, me hizo jurar que entre los dos talaríamos todo el bosque hasta que no quedara un solo árbol. Mi hermano ha muerto y ahora es otra cosa la que busco y seguiré buscando. Hacia el poniente corre un riacho en el que sé pescar con la mano.

   En el bosque hay lobos, pero los lobos no me arredran y mi hacha nunca me fue infiel. No he llevado la cuenta de mis años. Sé que son muchos. Mis ojos ya no ven. En la aldea, a la que ya no voy porque me perdería, tengo fama de avaro pero ¿qué puede haber juntado un leñador del bosque?

   Cierro la puerta de mi casa con una piedra para que la nieve no entre. Una tarde oí pasos trabajosos y luego un golpe. Abrí y entró un desconocido. Era un hombre alto y viejo, envuelto en una manta raída. Le cruzaba la cara una cicatriz. Los años parecían haberle dado más autoridad que flaqueza, pero noté que le costaba andar sin el apoyo del bastón. Cambiamos unas palabras que no recuerdo. Al fin dijo:

- No tengo hogar y duermo donde puedo. He recorrido toda Sajonia.

Esas palabras convenían a su vejez. Mi padre siempre hablaba de Sajonia; ahora la gente dice Inglaterra.

   Yo tenía pan y pescado. No hablamos durante la comida. Empezó a llover. Con unos cueros le armé una yacija en el suelo de tierra, donde murió mi hermano. Al llegar la noche dormimos.

  Clareaba el día cuando salimos de la casa. La lluvia había cesado y la tierra estaba cubierta de nieve nueva. Se le cayó el bastón y me ordenó que lo levantara.

- ¿Por qué he de obedecerte? - le dije.

- Porque soy un rey - contestó.

Lo creí loco. Recogí el bastón y se lo di.

Habló con una voz distinta.

- Soy rey de los Secgens. Muchas veces los llevé a la victoria en la dura batalla, pero en la hora del destino perdí mi reino. Mi nombre es Isern y soy de la estirpe de Odín.

- Yo no venero a Odín - le contesté -. Yo venero a Cristo.

Como si no me oyera continuó:

- Ando por los caminos del destierro pero aún soy el rey porque tengo el disco. ¿Quieres verlo?

  Abrió la palma de la mano que era huesuda. No había nada en la mano. Estaba vacía. Fue sólo entonces que advertí que siempre la había tenido cerrada.

Dijo, mirándome con fijeza:

- Puedes tocarlo.

  Ya con algún recelo puse la punta de los dedos sobre la palma. Sentí una cosa fría y vi un brillo. La mano se cerró bruscamente. No dije nada. El otro continuó con paciencia como si hablara con un niño:

- Es el disco de Odín. Tiene un solo lado. En la tierra no hay otra cosa que tenga un solo lado. Mientras esté en mi mano seré el rey.

- ¿Es de oro? - le dije.

- No sé. Es el disco de Odín y tiene un solo lado.

  Entonces yo sentí la codicia de poseer el disco. Si fuera mío, lo podría vender por una barra de oro y sería un rey.

Le dije al vagabundo que aún odio:

- En la choza tengo escondido un cofre de monedas. Son de oro y brillan como el hacha. Si me das el disco de Odín, yo te doy el cofre.

Dijo tercamente:

- No quiero.

- Entonces - dije - puedes proseguir tu camino.

Me dio la espalda. Un hachazo en la nuca bastó y sobró para que vacilara y cayera, pero al caer abrió la mano y en el aire vi el brillo. Marqué bien el lugar con el hacha y arrastré el muerto hasta el arroyo que estaba muy crecido. Ahí lo tiré.

   Al volver a mi casa busqué el disco. No lo encontré. Hace años que sigo buscando.

 

  Sesenta y seis  líneas son suficientes para que Borges describa la codicia de un hombre y la posible locura de otro. A través del narrador, que  a la vez es el personaje protagónico, conocemos una historia de homicidio y avaricia. Esta es una avaricia conciente porque el  mismo protagonista la reconoce como suya: “En la aldea, a la que ya no voy porque me perdería, tengo fama de avaro pero…”.

  En este corto espacio el escritor desarrolla una trama en la que el protagonista se desenvuelve en el nivel de semantización discursivo; él describe su forma de ser y de pensar y con el uso de la primera persona ilustra al otro personaje del cuento.

  El subsistema espacio-temporal de este cuento está muy reducido a un marco físico pequeño, pero a la vez lleva este problema a un ámbito universal. El bosque donde vive el leñador puede ser cualquier bosque del mundo y su casa también. Borges juega con las analexis y da continuos salto al pasado para contar una historia que no ha terminado y terminará cuando el leñador encuentre por fin el disco, cosa difícil debido a la ceguera del protagonista-narrador.

  Borges pone al alcance del mundo este cuento con un  lenguaje sencillo, a la vez que usa algunos términos propios de la lengua escandinava como Odín y Secgens. Pero el rey Secgens puede ser cualquier rey y Odín es conocido por casi todo el mundo.

  El autor también trata de una forma alegórica un punto universal: las diferencias religiosas. El leñador, como buen inglés después de la Reforma todavía cree en Cristo y no es un protestante acérrimo  y el extraño cree en Su Dios; Odín.

   “El disco” muestra una etapa superior en las letras latinoamericanas; ya la naturaleza  no es un personaje más de la historia, en todo caso sería un personaje episódico. En personaje principal ahora es el pensamiento  de un hombre sin nombre y sin rostro, incluso sin edad, y esto es porque la avaricia y la codicia no tienen nombre ni rostros porque afectan a todos los hombres. Borges aquí se recrea en la subjetividad de este leñador, que existe como individuo solitario pero conciente de alejamiento. En él como individuo se ven los defectos de toda la humanidad.

    Borges introduce en sus relatos de un modo deliberado un cúmulo de referencias, citas y alegoría religiosas. Su narrativa constituye una verdadera encrucijada de hipótesis y de teorías. La lectura de su obra -aunque Genette imagine la crítica de Borges realizada por los compiladores universitarios semejante a la más desesperada de las empresas-  sólo aparentemente descansa en la erudición.

    La literatura de Borges, al mismo tiempo, refleja estéticamente rasgos muy profundos de la realidad argentina y universal. Este aspecto de su obra ha sido soslayado por buena parte de la crítica. Señala Rey Beckford que "La obra narrativa de Borges ilumina un mundo fungible onírico. Un mundo donde el pensamiento sólo se manifiesta como arbitrario ordenador y no conduce a la verdad, donde la esencia de la razón se revela como ferocidad destructora que se destruye. Este sentimiento de espanto ante la creación es el reconocimiento de la desdichada aventura de una razón abandonada a su pura negatividad"

 

4 comentarios

Viveca Tallgren -

Hola, ¿Sería posible tener el artículo sobre "Borges y El disco" sin las interrogaciones? En tal caso estaría muy agradecida si me pudieran mandarlo a mi e-mail.
Un cordial saludo
Viveca

KAKA -

LA CONCHA DE TU MADRE BORGES

MATHIAS -

el cuento es muy bien estructurado la verdad que me gusto mucho!!! yo soy un estudiante de 15 años,vivo en rivera-urugay. lo saluda atentamente un joven muy interesado en cuentos...

monoperro -

¿Sí?