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Letra Nueva

Pretextos, campañas mediáticas y guerras imperialistas

Pretextos, campañas mediáticas y guerras imperialistas

Los Estados Unidos desde hace más de cien años utilizan una fórmula para intervenir unilateralmente en otras naciones. Los medios de prensa norteamericanos juegan un papel importante en la toma de decisiones políticas y en la manipulación de la opinión pública. Ejemplos de esto sobran: la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana, Primera y Segunda Guerra Mundial, Viet Nam.

Si alguien pensara que el actual modelo americano para intervenir unilateralmente en una nación, apoyado por un pretexto inicial y una campaña mediática, es nuevo, se equivocaría. El gigante del norte lleva casi 110 años utilizando con éxito este método para lograr sus intereses políticos.

Hacia 1898 el mundo veía surgir una nueva fase del modelo capitalista: el imperialismo norteamericano. Los “americanos” habían llegado tarde al reparto mundial donde las grandes potencias europeas seccionaron el mundo en áreas estratégicas, pero su desarrollo comercial los llevó a un mayor auge de los monopolios y su posterior extensión por todas las latitudes.

La influencia de estos monopolios en la política fue determinante en las decisiones de stablishment norteño. Fue por esa época que por primera vez los monopolios mediáticos alcanzaron un papel preponderante y hasta rector de un conflicto bélico. La guerra de Hispano-Cubano-Norteamericano de 1898 comenzó, sin dudas, por el papel, desde las páginas de los medios norteamericanos quienes, en definitiva, pusieron la decisión del conflicto en manos del pueblo americano. Las gigantescas campañas de la prensa amarillista de Hearst y Pulitzer llegaron a convencer a todo el país de la necesidad y hasta de la conveniencia de enfrentar a España.

En los meses previos a la explosión de acorazado Maine en la bahía de La Habana los grandes consorcios periodísticos neoyorkinos, verdaderos monopolios con ramificaciones en todo el país, lanzaron andanadas de artículos en contra de la otrora potencia española y su solución militar en Cuba. Luego del nefasto accidente, tomado como pretexto norteamericano para intervenir en Cuba, la campaña mediática arreció sus ataques. Al frente de los combates periodísticos estaban los diarios de neoyorkinos The New York World, de Joseph Pulitzer y The New York Journal, de Willian Randol Hearst.

En Cuba, los periódicos no pudieron menos que responder a todas las provocaciones de la prensa norteamericana. La guerra mediática iniciada en el norte se extendió también a la colonia española. Por una parte, estaban los periódicos con marcado sentimiento pro-español como el Diario de la Marina, Los Voluntarios, Diario del Ejército y muchos otros. Cada uno de ellos respondía a las campañas de sus homólogos norteños apoyados, por supuesto, en los intereses para los que fueron creados. En otro grupo destacaban las publicaciones independentistas encabezadas por el insigne periódico Patria que fundó José Martí en 1892.

Esta guerra de papel también incluía a periódicos de España y contados casos de otros países. Sobresalen periódicos españoles como El Imparcial, El Nacional y El Heraldo; también el francés L’e Temps y el inglés Daily News.

En todo momento los diarios neoyorkinos actuaron como quintas columnas de los respectivos bandos que defendían, informaban sobre movimientos militares y difundieron su propaganda política al tiempo que cumplieron funciones como cualquier otro periódico de un ejército en operaciones.

Miralys Sánchez Pupo, en La prensa norteamericana llama a la guerra. 1898 señala acerca de la etapa estudiada que: “Como dentro de una gran campaña militar, para poner a prueba un nuevo tipo de armamento, se desarrolló la batalla entre los grandes periódicos de la época. (…) Nunca antes el papel político de la prensa estuvo a tal altura.” (Sánchez, 1998: 44)

El conflicto hispano-norteamericano, en su desarrollo de forma general, dependió del trabajo que desplegó la prensa a favor de los intereses que el gobierno norteamericano tenía en la Isla. España y Cuba también experimentaron la convulsión mediática de transmitir ideas y posiciones políticas; fue un ataque de información y desinformación que involucró a gran parte del mundo.

Eliades Acosta, en El Apocalipsis según San George, destaca que los constantes enfrentamientos entre los diferentes periódicos americanos, españoles y cubanos sirvieron de plataforma y tribuna para difundir todo lo referente al conflicto hispano-norteamericano y reconoce este proceso como una campaña mediática. (Acosta, 2005: 48-53).Argumenta que los Estados Unidos han realizados campañas similares en 4 ocasiones:

1 - El hundimiento del Lusitania, buque de vapor perteneciente a la compañía naviera británica Cunard, el 7 de mayo de 1915, que le propició intervenir en la Primera Guerra Mundial. A bordo de buque viajaban varios cientos de norteamericanos. El sentimiento popular antialemán, exacerbado por las publicaciones en Estados Unidos, alcanzó su punto máximo tras este acontecimiento y hubo grandes presiones para declarar la guerra a los fascistas alemanes. Provocado por el creciente número de publicaciones a favor de la intervención en la guerra, el presidente estadounidense Thomas Woodrow Wilson no tuvo más remedio que declarar la guerra a los nazis en abril de 1917.

2 - El hundimiento de la Flota del Pacífico en Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941 sirvió para entrar a la Segunda Guerra Mundial. A primera hora de la mañana del 7 de diciembre de 1941, submarinos y aviones japoneses atacaron la flota estadounidense del Pacífico atracada en Pearl Harbor. Los aeródromos militares cercanos también fueron atacados por los aviones japoneses. Fueron hundidos 8 buques de guerra y más de 10 embarcaciones de apoyo fueron hundidos o sufrieron graves daños, casi 200 aviones fueron destruidos y murieron o resultaron heridos aproximadamente 3.000 hombres de la Marina y del Ejército. El ataque, aderezado por el los periódicos norteamericanos y un profundo sentimiento belicista, supuso la entrada de los Estados Unidos en el bando aliado durante la Segunda Guerra Mundial.

3 - Los sucesos del Golfo de Tonkín en agosto de 1964 le posibilitaron invadir Vietnam. En 1964 se informó con visos de sensacionalismo de un ataque de lanchas cañoneras norvietnamitas sobre la flota de los Estados Unidos estacionada en el golfo, lo que condujo a una intervención militar a gran escala de los Estados Unidos en Vietnam. Esta vez también el pueblo del gigante del norte tuvo que recepcionar cientos de miles de mensajes informativos a favor de la intervención, entre los que se destacaban las crónicas de Associated Press (AP). Los diarios norteamericanos tuvieron un antagonista de peso en el movimiento antibelicista comenzado en mayo de 1968. Aunque este movimiento tuvo bases sociales y culturales también luchó en diferentes medios de comunicación contra la intervención militar norteamericana en Vietnam.

4 - El atentado a un destroyer americano en aguas sudanesas en el 2000 sirvió de punto de partida para la campaña mediática antiterrorista que tuvo su punto de clímax con los sucesos del 11 de septiembre de 2001. Aunque el ataque al destroyer no fue el pretexto fundamental, sí lo fue el atentado a la Torres Gemelas. En esta ocasión todos los medios de prensa norteños se lanzaron al terreno político con claros intereses comerciales. Fue entonces que la televisión le robó a los medios impresos el papel protagónico con las conmovedoras imágenes de la Torres en sus últimos instantes.

Pareciera que estos hechos fueron accidentes aislados, pero sus connotaciones e interioridades fueron utilizadas por los Estados Unidos para intervenir o iniciar confrontaciones de las cuales salieron (el último caso está por ver todavía) con una posición de poder a nivel mundial.

En el primer ejemplo explicado, la intervención en la Guerra Hispano-Cubano, el papel fundamental en la campaña mediática lo tuvieron los periódicos. En los otros ejemplos evolucionaron los medios de prensa utilizados, pasando por las agencias de prensa y la radio hasta llegar a la televisión en el último caso. De esta forma también evolucionaron los pretextos utilizados para intervenir: si en los primeros casos fueron barcos hundidos ya en último fue el ataque a un símbolo norteamericano como fueron las Torres Gemelas.

Hacia el año 2001, al igual que en 1898, la economía estadounidense estaba en un punto de sobreproducción enorme, no encontraban mercado para sus productos, el dólar decaía frente al euro y la Casa Blanca estaba inmersa en un escándalo sexual. Nada mejor para desviar la atención que una guerra; guerra que por demás traería dividendos para medios de prensa, políticos y trasnacionales.

Las grandes cadenas de televisión, principalmente CNN, lograron niveles de ratting nunca antes vistos y canales por cable pasaron el circuito nacional. Políticos de primer orden salieron favorecidos en las encuestas, a pesar de los recientes escándalos sexuales. Las trasnacionales americanas obtuvieron contratos de reconstrucción fabulosos en los territorios allende al mar y en la Gran Manzana.

En todos estos casos se puede ver que es real ese dicho de que a veces el Cuarto Poder (la prensa) se puede convertir en el primero, o por lo menos puede modificar substancialmente a la opinión pública y obligar al Poder Ejecutivo a tomar decisiones militares de trascendencia.

El modelo norteamericano de: “Pretexto + Campañas mediáticas = Guerras imperialistas” ha dado resultados palpables y es muy posible que se siga utilizando por los Estados Unidos. De seguro la prensa mantendrá su posición de poder y esas campañas mediáticas tendrán nuevos y mejores métodos de persuasión y manipulación.

1 comentario

jose maria -

pienso que estoy es muy interesante pero deberian poner que cuales fueron los cuatro pretextos que usaron lso españoles pára esclavizar a las personas