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Letra Nueva

El reto de vivir en tierra de huracanes

La vida de los cubanos está llena de retos, tanto sociales, culturales como geográficos. El más grandes de todos los retos, a mi entender, es vivir en una isla constantemente azotada por los huracanes.

Todos los años, o casi todos para no ser demasiado abarcadores, algún que otro fenómeno metereológico con nombre exótico (Denis, Wilma, Lili, Ike…) pasa con alguna región cubana. La carrera es contra el tiempo y los huracanes. Desde días antes se evacuan cientos de personas, a veces miles. Se limpian todos los drenajes que se puedan tupir y provocar inundaciones, se talan árboles antes de que afecten tendidos eléctricos y casas y se toman todas las medidas para asegurar las vidas de los cubanos.

Cuando la lluvia, el viento, las penetraciones del mar y las inundaciones ya son inminentes es el tiempo de las medidas de contingencia. Entonces llegan a las zonas más peligrosas equipos anfibios de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y periodistas para informar cada detalle del desarrollo del meteoro. 

En esos momentos dirige las acciones el Consejo de Defensa en cada territorio y de derrocha valentía y desinterés en cada esquina. En cada acción durante el paso de un huracán lo primero es la vida de los cubanos y luego su bienes materiales.

Luego del paso del meteoro comienza la recuperación. A veces los vientos azotan una provincia y en otra ya se trabaja en la recuperación y en la ayuda a los más afectados.

En la reconstrucción trabaja siempre todo el pueblo, desde los niños hasta los militares, desde las mujeres hasta los estudiantes. En cada escuela, cada barrio y cada fábrica los esfuerzos titánicos de un pueblo preparado son constantes.

En todo el país se trasladan alimentos, medicinas y brigadas de apoyo hacia cualquier zona afectada. Del resto de mundo también llega la ayuda, ya sean barcos con materiales de construcción desde Venezuela o aviones desde Rusia. Muchos dan su aporte porque Cuba siempre ayuda también a eso que se ven afectados.

A veces la recuperación es larga, pero fructífera. Poco a poco las zonas de tránsito de los huracanes toman nuevas aires y cambia su aspecto.

Cuando todo parece que va a mejorar … anuncian la presencia de otro huracán en las inmediaciones de la Isla. Así es cada año la vida de los cubanos, llena de preocupaciones, pero preparada ante cada fenómeno metereológico. Ese es el signo que marca a los  cubanos, vivir en tierra de huracanes.

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