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Letra Nueva

Manipulación, campañas mediáticas y guerras modernas

Manipulación, campañas mediáticas y guerras modernas

Afganistán; Al-Qeada; Torres Gemelas: prensa norteamericana llama a la guerra contra el terrorismo. Irak; Saddan Hussein; armas de destrucción masiva: nuevamente la prensa norteamericana llama a la guerra para destruir la amenaza. Libia; Muammar al Gadafi: la prensa “made in USA” pide liberar al pueblo libio de opresor Gadafi. ¿Qué hay de común en estos hechos, aparte de lo obvio? Pues que sencillamente la manipulación de las masas por medio de las intensas campañas mediática ha provocado una guerra sin sentido.

Pero la manipulación de las masas no es nueva. En muchas universidades en las carreras de Periodismo, Comunicación y Marketing se estudia desde hace tiempo el modelo y las técnicas implantadas por el padre de la propaganda nazi, Josef Goebbels, responsable del Ministerio de Educación Popular y Propaganda, aparato estatal creado por Adolf Hitler a su llegada al poder en 1933 y que tuvo un impacto inmenso en la forma de actuar del pueblo alemán.

A partir de las enseñanzas de los nazis ahora la prensa norteamericana y europea orquestan sus propias guerras periodísticas. Ambos han determinado una serie de pasos iniciales en estas campañas mediáticas: atacar la infraestructura que posibilita la publicación de los diferentes medios, sobre todo la TV; avisos cortos y mensajes directos en el idioma local para exaltar los ánimos, transmitidos desde radiosemisoras y canales de tv en las fronteras; crear de la nada un enemigo común; exaltar sentimientos de orgullo nacional, promoviendo odio hacia ese enemigo creado y mintiendo acerca de los datos reales de los combates.

Por supuesto, que el inicio de estas campañas es buscar una pequeña causa o hecho que sirva de detonador, que muchas veces es una total mentira publicada en varios medios de prensa internacionales o despachos “imparciales” de agencias que son replicados en decenas de medios de prensa. En el caso de Afganistán ya todo el mundo está convencido de que Al-Qaeda sirvió de chivo expiatorio para la invasión y que Bin Laden fue la cabeza de turco que usó el gobierno americano. Pero la prensa del norte se encargó de satanizar al saudí Bin Laden y olvidó por completo que durante muchos años había estado al servicio de los Estados Unidos como luchador antisoviético. Los ciudadanos americanos fueron bombardeados con un número pequeño de ideas, repetidas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas, siempre convergiendo sobre el mismo concepto: los musulmanes y Al-Qaeda son enemigos de América y debemos atacarlos antes que nos ataquen de nuevo.

Atacar Irak luego de Afganistán sigue también una de las ideas de los nazis: Reunir diversos adversarios en una sola categoría y colocar a los adversarios en una suma individualizada, sin importar las diferencias entre ellos: musulmanes de Afganistán o árabes de Irak, no importa, todos están en contra de la civilización occidental. En ambos caso la prensa se encargó de cargar sobre el adversario los errores o defectos propios. La prensa norteamericana lanzó una avalancha de mentiras acerca de Irak, acerca de la existencia allí de armas de destrucción masiva. Por supuesto que esa misma prensa no dijo nada de los arsenales de armas atómicas, y hasta biológica y químicas, que mantienen esas grandes potencias con Estados Unidos a la cabeza.

Hasta la fecha el fenómeno de la propaganda se ha diversificado y tecnificado en un alto grado, al mismo tiempo que los medios de comunicación también se desarrollan. En la década del 30 y el 40 del pasado siglo se usaba la prensa plana, la insipiente radio y los carteles. Después del 11-S el gobierno de George Bush inició lo que denomina Guerra contra el terrorismo, con un extenso uso de los medios masivos, especialmente de los medios televisivos; sin excluir internet.

Todos los mensajes de la prensa occidentales se han centrado en propagar el supuesto Choque de civilizaciones y la supuesta maldad intrínseca de lo que denomina Eje del mal, en el cual ya incluyen a Irán usando la denominación de fascismo islámico en una retórica tendiente a justificar un futuro ataque contra Irán.

Pero estos países atacados mediática y militarmente se valen también de los medios alternativos y de internet principalmente, logrando influir en la opinión del pueblo de EE.UU. y Europa. Entrevistas a los principales líderes transmitidas directamente por internet y sin un lugar exacto de emisión, y mensajes grabados enviados a televisoras regionales son métodos usados en la actualidad.

La estrategia de los medios alternativos (sitios web y redes sociales) durante esos conflictos de nuevo tipo es distinta, ya que se centran en ofrecer información detallada -que no se publica en los grandes medios- y otorgan un papel protagónico al espectador en la zona afectada al poder publicar su opinión junto con la información alternativa, situación que contradice los principios de la propaganda. Los dispositivos móviles y computadoras conectadas a Internet son armas de doble filo para los agresores, pues los agredidos también las pueden usar en su favor.

Ahora la eficacia de las acciones militares se sustenta cada vez más en una opinión pública domesticada y obediente a los designios del poder militar y mediático. Las mentiras deslizadas desde los mass-media apoya al mando militar y  configuran un arma poderosa que muchas veces logra incluso Resoluciones de la ONU basadas en mentiras como las "armas de destrucción masivas" iraquíes.

La vulnerabilidad del receptor de los medios de difusión masivos queda evidente a la hora de ver cómo se condiciona la forma de actuar de la población según cambian los intereses de la cúpula dirigente.

Luego son los mismos receptores los que ven como algo normal los bombardeos a Kosovo, la intervención de una coalición militar internacional que protege a la población de Timor Oriental, las intervenciones humanitarias en Libia o los bloqueos y sanciones comerciales a Palestina, Irán o Siria, que más que ayudar a "un pueblo oprimido" realzan las diferencias entre su población.

En la actualidad los gobiernos de esas potencias interventoras y la jerarquía mediática han dilucidado que es preciso primero crear un estado de opinión favorable a la guerra y construir un sólido consenso, aun cuando esté erigido sobre falsedades e incorrecciones, y solo luego enviar a las tropas a invadir una nación soberana. Esto solo es posible por la existencia de varios factores en nuestras sociedades: la facilidad de las masas de creer cualquier noticia publicada en un "medio de prensa serio", la facilidad con que las masas olvidan cualquier situación similar anterior, y sobre todo la existencia de una industria mediática que refleja y difunde la "verdad oficial", condimentada con dosis de dramatismo, violencia y falsos valores humanistas.

El extremo de la manipulación con fines bélicos lo vimos en Libia, con la trasmisión de la toma de la Plaza Verde por parte de los rebeldes opuesto a Gadafi. Las imágenes fueron transmitidas por varias televisoras internacionales, con las tropas en la plaza, banderas quemadas y el pueblo apoyando a los rebeldes. Solo varios días después se supo que las imágenes transmitidas fueron grabadas dos semanas antes del ataque real en un set de filmaciones en Qatar y con actores profesionales. Pero ya el mal estaba hecho porque la opinión pública creyó que era real el apoyo dado por la población a los rebeldes. (El análisis del material se puede consultar en este enlace).

Si hace más de 2 mil años Sun Tzu en su obra maestra planteaba que “el arte de la guerra se basa en el engaño”, hoy los estrategas militares aplican sus enseñanzas en el campo de la comunicación social también, pues determinaron que una de las formas más expeditas de crear una guerra es manipulando a las masas por medio de intensas campañas mediáticas. La prensa capitalista se ha convertido en frente ideológico de las batallas, donde se gestan emboscadas y ataques frontales desde  las mesas directivas de los grandes medios de prensa.

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vannesa -

Divulgando la verdad del caso de Wilmar Villar.

Pese a todos los esfuerzos realizados por el sistema de Salud cubano, Wilmar Villar Mendoza falleció ayer a las 6 y 45 de la tarde en el hospital Juan Bruno Zayas, de Santiago de Cuba, como consecuencia de una sepsis generalizada.

Wilmar se convirtió así en otra víctima de la manipulación y el juego de la mafia cubano-americana de Miami y a la disidencia, a las que por tal de lograr su propósito no les importa en lo absoluto que alguien muera.

Aunque ahora los enemigos de la Revolución pretenden mostrarlo como un héroe, Wilmar cumplía una condena de prisión de cuatro años por los delitos de desacato, resistencia y atentado.

http://mariacelys.wordpress.com/2012/01/20/wilmar-villar-mendoza-otra-victima-del-odio-contra-cuba/

Al interesarme en la evolución del estado de salud de Willmer Villar Mendoza y después de haber compartido con ustedes algunos detalles de su situación, conversé con el máster Rolando Riera Santiesteban especialista de 2do grado en medicina intensiva y emergencia, jefe de la sala de cuidados intensivos de éste centro hospitalario, quien me puso al tanto del fatal desenlace que ocurrió cuando me encontraba en el hospital Clinico Quinico Quirurgico *Dr Juan Bruno Zayas Alfonso, alrededor de las 6 y 45 de la tarde del dia 19 de enero.

La muerte ocurrió en la sala de cuidados intensivos del mencionado hospital debido a un fallo multiorgánico secundario a un proceso respiratorio infeccioso severo que conllevó a una sepsis generalizada.
Villar Mendoza oriundo del municipio santiaguero de Contramaestre cumplía sanción de privación de libertad desde noviembre del año 2011 y había sido remitido con urgencia a las 5.00 de la mañana del pasado dia 13 de enero del centro penitenciario Aguadores al Hospital Provincial Saturnino Lora al presentar síntomas de una neumonía severa del pulmón izquierdo, recibiendo todas las atenciones para este tipo de afecciones, requiriendo de ventilación y nutrición artificial, fluidoterapia, hemoderivados, apoyo con drogas vasoactivas y antibióticos de amplio espectro de última generación según los especialistas.

El hospital clínico quirúrgico “Juan Bruno Zayas” donde falleció es uno de los centros hospitalarios de mayor nivel en la región oriental y su sala de terapia intensiva cuenta con una gran experiencia en la atención al paciente grave.
Villar Mendoza, residía en el municipio Contramaestre, provincia Santiago de Cuba y cumplía sanción de privación de libertad desde noviembre del año 2011.
Sus familiares más allegados estuvieron al tanto de todos los procedimientos que se emplearon en la atención al paciente, además de reconocer el esfuerzo del equipo médico que lo atendió.

Extraído del blog: Cambios en Cuba: http://cambiosencuba.blogspot.com/2012/01/intentan-manipular-la-muerte-de-wilmer.html