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Letra Nueva

Camilo, Señor de la Vanguardia.

Camilo, Señor de la Vanguardia.

Uno de los héroes cubanos que más simpatía se ganó del pueblo fue Camilo Cienfuegos y fue, precisamente, porque salió de ese pueblo y siempre se identificó con él.

 Desde el momento en que corría por Los Pocitos, en La Habana, hasta la hora en que apresó en su casa al traidor Húbert Matos sólo habían pasado unos pocos años; para muchos era casi increíble que el Jefe de las Fuerzas de Aire, Mar y Tierra del Ejército Rebelde contara apenas 27 años.

  Siempre que se habla de Camilo nos imaginamos al Héroe de Yagüajay, con su también legendaria barba y la ametralladora al hombro. Pocas veces pensamos en el joven enamorado, jaranero, pero a la vez muy responsable,  y que estaba entre los pocos que bromeaba con el inseparable Ernesto Che Guevara.

  En cierta oportunidad en que se encontraba convaleciente en un hospital fue a visitarlo su novia, Paquita, como la llamaba amorosamente, y la fiel compañera vio en las afueras del centro hospitalario un grupo de jovencitas que insistía en verlo. Cuando le preguntó al Héroe de Mil Batallas, quiénes eran; él respondió: Primas mías, Paquita, primas mías.

   Durante uno de los acostumbrados viajes de  Camilo  por las zonas montañosas o los hospitales, el helicóptero que utilizaba para trasladarse tenía problemas para despegar y nadie sabía el motivo. El problema era el siguiente: el fraternal Camilo había cargado “unas cajitas” de caramelos para los niños que visitaría, lo que hacía casi imposible el despegue del helicóptero por el sobrepeso.

   El pueblo lo recuerda todos los años lanzando flores a la mar, pero creo que siempre está presente, en cada minuto, porque ya lo habían dicho en una oportunidad: “Camilo vive y seguirá viviendo en hombres como él, Camilo seguirá viviendo en hombres que se inspiren en él”.

Recordémoslo así: como el ejemplo de cubano y revolucionario salido del pueblo.

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